Anuncio

27 diciembre 2007

Segunda Parte de “¿Soy Normal?”

Las personas con una personalidad de evitación, por ejemplo, pueden ser personas sumamente caseras que gustan de la rutina y escasas amistades o pueden rehuir los riesgos o las actividades nuevas por miedo a fallar o a la humillación y ansiedad que ello les produciría. El primero tiene una personalidad estilo evitación, el segundo un trastorno de personalidad de evitación. Asimismo, las personas con una personalidad histriónica pueden disfrutar de conseguir la atención de los demás y ser de alguna forma dramáticos en la forma de comportarse, aunque capaces de ceder su protagonismo a otros si es preciso. Aquellos con trastorno de personalidad histriónica insisten en ser el centro de atención y tienen también trastornos emocionales, sus sentimientos son poco profundos e incluso cambiantes y pueden tener serias dificultades en conectar íntimamente con los demás.
¿Cuál es pues la diferencia entre estilo y trastorno de personalidad? Un indicador es, simplemente, el extremo: El trastorno de personalidad hace que la persona piense, sienta y actúe en formas que le lleven al límite de lo que el resto de la gente experimenta. El segundo podría ser la inflexibilidad.
Randolph Nesse, psiquiatra de la Universidad de Michigan, dice “La mayoría de nosotros nos sentimos a veces enfadados y a veces cariñosos, a veces felices o a veces no; pero las personas que sufren trastornos de personalidad siguen haciendo las mismas cosas una y otra vez. Su paleta emocional no varía, es monocromática. Están como enganchados, incapaces de responder de forma fluida a las circunstancias cambiantes. Su funcionamiento diario está también deteriorado. La evaluación clínica de alguien con trastorno de personalidad debería responder a dos preguntas: ¿La personalidad del paciente ha contribuido a una pérdida de relaciones personales?, ¿lo ha hecho en cuanto a su vida profesional?
Thomas Widiger,psicólogo de la Universidad de Kentucky que diagnosticó a Nicolás “el Tiburón”, añade una medida subjetiva: ¿Cuánta angustia siente la persona como resultado de sus problemas de personalidad? Si estas distinciones parecen menos negro o blanco que sombras de gris, lo son y, en efecto, muchos psicólogos están cambiando del viejo "lo padece o no" (modelo categórico) al modelo con más matices “dimensional”. En éste, la personalidad se coloca en un continuo, con rasgos de personalidad saludable en un extremo, trastornos de personalidad en el otro e innumerables gradaciones en medio.
La línea divisoria entre normal o no se convierte en menos importante en el nuevo modelo dimensional. "No creo que sea útil trazar una linia”, declara Johns Hopkins psiquiatra dela Universidad Gerald Neustadt. "¿Cuál es el propósito de tener un diagnóstico? Tratar a la gente y ayudarla, por lo que cuando alguien viene a uno con un problema en el dominio de su personalidad, intento entender sus rasgos y cómo le han llevado a tener problemas”. Lo que cuenta más es reconocer que la dificultad del paciente reside en el “dominio de su personalidad", dice Neustadt.
Los problemas de personalidad son diferentes en su naturaleza a otras clases de trastornos mentales, como la depresión o la ansiedad. Los trastornos del carácter tienen una raíz más profunda y amplia—incluso con mayor dificultad de tratamiento debido a que tan solo están íntimamente ligados a la propia persona.
Pero las implicaciones del nuevo trabajo sobre los trastornos de la personalidad van más allá deldiagnóstico limitado. Representa un cambio sustancial sobre cómo vemos la salud y la enfermedad psicológica. Como dice Thomas Widiger, "Los patrones encontrados en los trastornos de personalidad son realmente rasgos distribuidos a través de la población y todos los tenemos en un grado mayor o menor”. Las nuevas investigaciones sugieren que la psicopatología no sea extraña o poco familiar sino más bien reconocidas como humanas, una extensión de lo que todos experimentamos. Se podría suavizar que todavía lleva implícito las enfermedades mentales.
Los nuevos tratamientos reducen paulatinamente cada elemento de las raíces biopsicológicas de los trastornos de personalidad. Medicamentos como los inhibidores de la serotonina pueden actuar sobre los desequilibrios bioquímicos. Las terapias interpersonales y psicodinámicas se encargan de los componentes psicológicos del trastorno, estimulando a la persona a reflexionar sobre sus experiencias pasadas y ayudarle a desasirse de las influencias que le atan en el presente. Los ejercicios dialécticos y de comportamiento cognitivo (en los que la persona aprende a cuestionar sus propios impulsos) intentan intercambiar el patrón de premio y castigo externos en favor de una conducta más controlada y constructiva. El nuevo paradigma integral, informa Sperry, ha transformado las “actitudes” clínicas de la desesperanza al optimismo.
Desde el inicio, los rasgos de la personalidad antisocial de Nicolás “el Tiburón” presentan retos especiales. “No tenía demasiados deseos de crecimiento o propia mejoría moral o psicológica”, indica Widiger, ya que su labia y presunción alcanzaban un entendimiento auténtico difíciles de lograr. Widiger se aprovecha de la ambición de Nicolás, de su naturaleza competitiva retándole a alcanzar formas que limiten el uso de drogas y de su adicción al juego, usando técnicas tomadas de la terapia cognitiva conductual, los psicólogos y pacientes idean “mantras” personales que Nicolás deberá repetirse al enfrentarse a una tentación. “Esos “mantras” pueden resultar superficiales a los demás”, reconoce Widiger, “pero a Nicolás, pueden resultarle efectivos, significativos o incluso inspiradores”.
Fin Segunda Parte "¿Soy normal?"

20 diciembre 2007

¿Soy Normal?

Primera Parte de ¿Soy normal?

Le llamaban “el Tiburón”.
Nicolás, un abogado de 26 años está orgulloso de su apodo y de la rudeza que inspira. Seguro de sí mismo y a la vez encantador, puede ser también arrogante, manipulador y engañoso—no ve nada malo en estas cualidades que ve útiles para tener éxito en los casos que lleva entre manos y con las mujeres. Más tarde, sin embargo, su carácter entra en una espiral de problemas. Empieza a consumir cocaína. No puede resistir la tentación de acudir a clubes de “estrip-tease” y casinos. Ya se ha casado y divorciado dos veces. Incluso los éxitos en su carrera se han visto en peligro por su hábito de hacer proposiciones a compañeras de trabajo. Nicolás piensa asistir a la consulta de un psicólogo, ya que su ansiedad le perturba terriblemente. Una vez allí indica que tiene una personalidad “antisocial”: de forma constante y a menudo no tiene ningún escrúpulo en anteponer sus propios intereses al de los demás. Las tendencias antisociales de Nicolás impregnan su forma de ser—como todo ser vivo con una personalidad narcisista: no puede ver pasar su propia grandiosidad sin que sea suficientemente valorada o en cuanto a su personalidad obsesiva: no puede levantar sus ojos de sus tareas que suelen ser meticulosas y exactas.
La idea de que la naturaleza humana puede ser refractada a través de peculiaridades de la personalidad—grupos distintivos de pensamientos y sentimientos que alteran las acciones personales—ha sido considerada durante un largo período de tiempo, aunque está cobrando un nuevo impulso. Por un lado, nos da una alta definición de los caracteres humanos y su gran variedad. También alienta nuevas apreciaciones sobre la diversidad de influencias en comportamientos, desde genes hasta estilos de vida.

Como resultado de ello, la nueva visión de la personalidad indica una revolución en la forma en que vemos los trastornos, marcando un paso adelante desde las rígidas categorías de la patología a un sentido más orgánico de la forma en que las personas encajan en su mundo. Después de todo, ¿no se supone que todos los abogados son agresivos?, ¿no se considera que todos los actores son narcisistas? y ¿no son los contables y los editores recompensados por su compulsiva atención a los detalles?

Durante muchos años los problemas graves de carácter y personalidad se creía que eran en extremo raros y, lo que es más, se miraban como imposibles de tratar. Los trastornos de personalidad quedaban recluidos en su propia parcela patológica.

Pero una nueva avalancha de teorías, servicios y técnicas está en la actualidad barriendo las antiguas presunciones en cuanto a personalidades problemáticas. Las disfuncionales parecen ser en realidad muy comunes, afectando alrededor de 30 millones de americanos—una persona de cada siete. Esta mayor conciencia sobre el incremento del problema ha proporcionado avances importantes en su comprensión y tratamiento, así como un nuevo amanecer de lo que llamamos enfermedad mental. Lo más sorprendente es que los investigadores han acumulado evidencias con respecto a que la línea que separa la personalidad normal o no es mucho más sutil de lo que se imaginaba. Ello puede significar que nuestra concepción de enfermedad mental debe revisarse—y que la gente “normal” suele tener también rasgos de trastorno mental. La perspectiva puede ser una distinción entre estilos de personalidad y trastornos de personalidad. Cualquier patrón específico de pensamiento y sentimiento puede expresarse como sano, peculiar, estilos de personalidad o expresadas de una forma más florida como trastorno de personalidad diagnosticable clínicamente. Los psicólogos reconocen 10 tipos distintos de personalidades que, al manifestarse de forma intensa, representan a su vez 10 trastornos de personalidad diferentes.
Fin Primera parte

18 diciembre 2007

Ansiedad y obesidad

Un estudio reciente demuestra que las personas obesas tienen más probabilidades de padecer trastornos de ansiedad y de personalidad, comparadas con las que no lo son. Sin embargo, no está claro si la obesidad ocasiona estos problemas o si los desordenes psiquiátricos provienen de la obesidad en sí misma.
"Es un camino de dos direcciones", comenta el Dr. Gregory E. Simon del Center for Health Studies, Group Health Cooperative en Seattle.
"La persona que vive con ello diariamente, lo sabe, añade. Nosotros nos limitamos a poner números desde una perspectiva de salud pública".
Simon y su equipo efectuaron este estudio de una muestra representativa de 9.125 hombres y mujeres que proporcionaron información detallada sobre su salud mental mediante entrevistas personales.
Las personas con una masa corporal de 30 ó mayor tenian el 21% de probabilidades de experimentar una depresión mayor en un momento de sus vidas, comparados con las personas delgadas; así como también aumentaba el riesgo de padecer un trastorno bipolar en un 47%, y también un 27% más propensas a padecer un trastorno de pánico o agorafobia (el miedo a estar en lugares donde sea dificil conseguir ayuda, como en medio de una multitud, al traspasar un puente o encontrarse solo fuera de casa).
El mismo estudio, no obstante, demuestra que las personas obesas tienen el 22% menos de probabilidades de sufrir un trastorno de abuso de subtancias.
Entre estas asociaciones, no se encontraron diferencias entre hombres y mujeres.
Sin embargo, comprobaron que la asociación entre obesidad y trastornos de personalidad era estadisticamente significativa solo entre blancos no hispanos y aquellos con 12 o más años de formación académica. La obesidad es menos común entre esos grupos, indica Simon, pudiendo ser debido a que está más duramente estigmatizado y por ello más susceptible de causar depresión.

Él y sus colegas, se hallan ahora en medio de una investigación adicional sobre cómo la obesidad puede influenciar en la salud mental y viceversa, comprobando dietas y actividad física.

Por Anne Harding
NEW YORK (Reuters Health) -
Fuente: Archives of General Psychiatry, July 2006.

05 diciembre 2007

!Bienvenido, chocolate negro!

Disfrute del chocolate negro, tenga una vida sexual plena, coma alimentos crudos y pescado para desayunar y podrá así dar un impulso considerable a su capacidad cerebral, dicen los autores de un nuevo libro.
El psicólogo cognitivo Terry Horne y el bioquímico Simon Wootton, coautor de Teach Yourself: Training Your Brain (Enséñese a usted mismo: Ejercite su mente), indica que las elecciones de estilo de vida son cruciales para mantener en condiciones óptimas su salud mental.
Los autores dicen que el libro está basado en las recientes y más importantes investigaciones científicas realizadas en todo el mundo sobre ansiedad.
"El estilo de vida puede aumentar su potencia cerebral –ayudando a crear las condiciones químicas adecuadas en su cerebro”, dice Horne.
También comenta que el cerebro se asemeja más a una industria química que a un computador.
"Usted puede crear las condiciones óptimas en su cerebro; en realidad, no es una víctima pasiva de sus genes”, asevera.
Los autores están en contra de la opinión de aquellos que creen que es inevitable experimentar una disminución de las habilidades cognitivas a partir de los 17 años en adelante.
Con una elección cuidadosa de su estilo de vida “puede crear más capacidades cognitivas”, dice Horne.
Ofrecen una lista sobre qué hacer y qué no e insisten en que las personas pueden efectuar una actitud activa por lo que hace al mantenimiento de la agilidad de su cerebro y su ansiedad. La mayoría son de sentido común:
“El estrés no es bueno para sus pensamientos”
“Evite la toma excesiva de alcohol”
“Evite fumar cualquier tipo de sustancia”
Lo más curioso es que los autores incitan también a los lectores a evitar los culebrones y Horne dice: “No se mezcle con gente negativa, desengañada o que siempre se esté quejando por todo”.
El libro está lleno de consejos prácticos sobre cómo mantener el cerebro en perfecto funcionamiento.
“Los alimentos crudos y el pescado son buenos en el desayuno”
“El chocolate negro es también bueno porque contiene muchos de los elementos químicos presentes cuando el cerebro está pensando correctamente. Relaja los músculos alrededor de sus vasos sanguíneos y mejora realmente el fluido de la sangre en su cerebro”.
Luego, investigaron acerca de las siete fases del sexo desde el inicio hasta la sensación de bienestar posterior. “En cuatro de estas siete etapas vimos la misma química que ayuda en el proceso del pensamiento”, define Horne.

30 noviembre 2007

¿Cómo crear una lista de cosas para hacer?

Muchos días parecen traernos un aluvión de tareas y responsabilidades, las cuales, en apariencia, debemos asumir dándoles solución cuanto antes. Uno se pasa el día “apagando fuegos”, pero quizá al finalizarlo no se ha conseguido resolver casi ninguna de las cosas importantes que nos habíamos marcado. El resultado: se acrecienta nuestra ansiedad.
En el colmo de la desesperación, planea efectuar una lista de objetivos--aunque la mayoría de los días sólo puede hacer algunos progresos y cuando uno se atreve a mirar la lista cada mañana, una gran nube negra suele situarse justo encima de nosotros—esas tareas difíciles, complejas e importantes tan cruciales y que deben hacerse y, por otro lado, tan fáciles de evitar.
La mayoría de nosotros creamos una lista de cosas para hacer con la intención de evitar que los sentimientos que nos provocan nos sobrepasen, aunque raramente solemos utilizar las herramientas a nuestro alcance para obtener los mejores resultados. Al contrario, los asuntos empiezan a dar vueltas en nuestras cabezas provocando culpa por el hecho de sentirnos saturados y de que perdemos el control de nuestras prioridades.
¿Existe una forma mejor de confeccionar una lista sobre las tareas a hacer? Los expertos dicen que sí, aunque hay una forma correcta y una incorrecta de hacerlo.
De acuerdo con el investigador Timothy Pychyl, Ph.D., profesor de psicología en la Universidad de Carleton en Ottawa, Canada, “las personas acostumbran a realizar una lista de sus tareas más importantes—durmiéndose luego en sus laureles. La lista se convierte en los logros del día que nos permita sentir que hemos hecho algo útil, sin que ello represente un trabajo real para nosotros”.
La verdad es que confeccionar una lista se convierte en una forma de evitar el trabajo en sí mismo. “Demasiado a menudo, la lista en sí se contempla como un “logro” del día, reduciendo de forma inmediata la culpa que proporciona la sensación de trabajar realmente en las tareas, invirtiendo nuestras energías en la lista”, dice Pychyl. "Cuando se utiliza una lista para tal fin, es simplemente una forma de mentirnos a nosotros mismos”.
Es un ejemplo de lo que ha venido a denominarse “campo de evitación”: nos preparamos para actuar, nos fijamos objetivos para conseguir hacerlo, pero en realidad no lo ponemos en práctica. En su lugar, perdemos el tiempo en sentirnos muy mal, limitándonos a trazar círculos sobre los proyectos, una y otra vez.
Para muchas personas, la lista es utilizada para atender la gran cantidad de pequeños detalles que requieren especial atención. El hecho de sumergirse a sí mismo en tareas complicadas es una forma efectiva de evitar las tareas más importantes y desafiantes. Pychyl dice que estas actitudes suelen perderse en actividades de baja prioridad, activando las que se hallan en segundo o tercer nivel, en lugar de afrontar las cosas que realmente se necesitan.
• Para hacer más fácil el inicio de tareas de mayor dificultad, los expertos sugieren dividirla en pequeñas partes compuestas de actividades específicas y tangibles. Las investigaciones han demostrado que las tareas que no tienen un plan o estructura de acción obvias son las más difíciles de afrontar.
• Relacione acciones especificas, así como objetivos a alcanzar. Quizá su lista tenga una apariencia más larga de esta forma pero, paradójicamente, será para usted una herramienta más fácil de manejar.
• Haga un diagrama. Este tipo de lista le indicará o ayudará a programar “cuándo iniciar y cuándo acabar la tarea”, dice el psicólogo y consultor Neil Fiore, autor de The Now Habit. " Usted crea una visión global y actúa como lo haría un director de proyectos, con lo cual es menos probable que se agobie o distraiga por tareas de baja prioridad o momentáneas”.
• “Cada tema de la lista debería tener asignada una determinada importancia”, comenta. Otra forma de motivarse a usted mismo podría ser mediante la programación de tareas de forma alternativa: pasar una hora en un asunto de prioridad uno y luego premiarse haciendo algo más sencillo y de inferior importancia durante los siguientes 30 minutos.
• Las listas ayudan a mantener el impulso. Si está trabajando en una importante pero difícil tarea y aparece un pensamiento que interesa a una responsabilidad distinta, apúntelo y vuelva sobre el mismo al cabo de una media hora más o menos, después de trabajar en el primer proyecto.
• Fiore comenta también que el esfuerzo de realizar una lista le obliga a ser realista sobre la cantidad de tiempo de que dispone y a tomar algunas decisiones sobre prioridades. “Quizá no pueda hacerlo todo”, dice, “pero se podrá concentrar en la mejor forma de invertir su tiempo, en relación con sus prioridades mediante una óptica de sus limitaciones”.
Por: Kathleen McGowan

19 noviembre 2007

Diabetes y ansiedad

Científicos americanos han encontrado a través de sus investigaciones que los pacientes diabéticos con niveles altos de depresión, ansiedad y estrés tuvieron una mayor dificultad en hacer bajar su nivel de azúcar en sangre.

Un equipo del Medical College de Ohio estudió 18 adultos con diabetes insulina dependientes. La mitad de los participantes recibieron cuidados médicos y diariamente se les revisaba sus niveles de azúcar. La otra mitad aprendieron también técnicas de relajación en 12 sesiones de 45 minutos y se les invitó a practicarlas dos veces al día en sus respectivos hogares.
Los resultados fueron insertados en la revista Psychophysiology & Biofeedback.
Cuatro semanas después de finalizar el tratamiento, los investigadores se vieron sorprendidos al no encontrar diferencias significativas en los niveles de azúcar entre aquellos que habían seguido terapias de relajación y los que no.
Sin embargo, al efectuar una más profunda aproximación al estudio constataron que las técnicas de relajación beneficiaron a los pacientes que no sufrían depresión o ansiedad. Entre los 12 pacientes que no estaban deprimidos, aquellos que practicaron técnicas de relajación bajaron sus niveles de azúcar en sangre sobre un 9%, sin cambios en los restantes.
De forma similar, entre los nueve pacientes que no padecían ansiedad, los que practicaron las técnicas de relajación redujeron sus niveles de azúcar en sangre alrededor de un 12%, sin cambios en los restantes.
Otros investigadores han constatado que el tratamiento con terapia cognitiva-conductual o antidepresivos inhibidores de la recaptación de serotonina pueden mejorar y controlar el nivel de azúcar en sangre de los diabéticos con depresión.
Los científicos planean ahora estudiar los beneficios de añadir terapia cognitiva-conductual o antidepresivos a la terapia de relajación en el tratamiento de los diabéticos.

Un portavoz de la Asociación Británica de Diabéticos, indicó: “Cualquier alteración ya sea por estrés, emocional o física puede hacer elevar los niveles de glucosa en la sangre. Las técnicas de relajación como masajes o yoga pueden ayudar a reducir el estrés y como resultado ayudar a reducir dichos niveles. La Asociación recomienda que las personas que sufran diabetes y que estén considerando la posibilidad de realizar actividades tendentes a conseguir una mayor relajación, deberían consultar siempre con su doctor para que les aconseje la mejor para cada caso”.

15 noviembre 2007

¿Es la amistad verdadera un fenómeno a extinguirse?

Un reciente estudio muestra que la mayoría de los americanos admiten haber disminuido su círculo social, indicando además que no encuentran a nadie a quien contar sus problemas aumentando así su ansiedad.
El estudio, dirigido por sociólogos de la Universidad de Duke y la Universidad de Arizona,analizaron datos recogidos del General Social Survey desde 1985 hasta el 2004 sobre amistades entre americanos.
"La evidencia demuestra que los americanos tienen muy pocos confidentes y que los más allegados suelen formar parte del vínculo familiar", dijo el autor del estudio Lynn Smith-Lovin, profesor de sociología de la Universidad de Duke.

"Este cambio indica algo que no es bueno para la sociedad. Los lazos afectivos que unen a las personas contribuyen a crear una red segura y también compromisos cívicos y acciones políticas", añadió.

Los resultados, publicados en la revista American Sociological Review, puntualizan que la mayoría de americanos tienen ahora un promedio de dos personas con quien hablar de sus problemas --en comparación con tres personas en 1985. El 25% de las personas dijeron que no tenían a nadie en quien poder confiar.

Los datos también muestran que las amistades fuera de la familia están decreciendo, aumentando las que se encuentran en del seno familiar, formando como una "red homogénea, densamente conectada y cerrada, empequeñeciéndose y haciéndose más fuertemente interconectada y dirigida hacia los límites del núcleo familiar", indicó el autor.

El estudio también señala que:
• Los americanos blancos y con estudios tienden a ser los menos socialmente aislados.
• El 15% de los americanos tienen amigos íntimos con al menos una persona de otra raza, en comparación con el sólo 9% del último estudio realizado.
• Aproximadamente el 80% de las personas suelen hablar de sus problemas con los miembros de su familia y el 9% dicen realizar confidencias con su esposa.

"Nos sorprende ver este gran cambio. Somos prudentes --quizá escépticos-- sobre su intensidad. No es común ver cambios sociales de esta magnitud que no estén ligados a algún tipo de variación demográfica de la población”, comenta el investigador Miller McPherson, profesor de sociología en las Universidades de Duke y Arizona.

"Aunque este cambio estuviese de alguna forma exagerado, confiamos en que exista una tendencia a disminuir y las redes sociales más cerradas estén sólo centradas en matrimonios y parejas”, dice McPherson”.

Diana Kohnle
Via HealthDay News --

07 noviembre 2007

Emociones de cara al público

"Cada vez que una persona se ve forzada a reprimir sus sentimientos verdaderos, repercute en consecuencias negativas para su salud", asegura el Professor Dieter Zapf, investigador de las emociones y ansiedad humanas.

“Se planteó un curioso experimento, en el cual se juntó un grupo de personas en una sala simulando un centro de atención de llamadas. El grupo se dividió en dos partes, una que estaba autorizada para contestar libremente a los clientes y otra que tenía prohibido la contestación libre, y debía mostrarse siempre alegre y servicial. De la experiencia, se sacó en claro que aquellas personas que podían "contestar con libertad" mostraban aceleraciones cardiacas breves, después de colgar el teléfono; pero para quienes se tenían que mostrar amables, el “mosqueo” (es decir, aceleración cardiaca), se prolongaba en el tiempo”.

“Yo, particularmente, no entiendo que esto se pueda considerar algo nuevo. ¿Acaso no sabemos todos lo a gusto que nos quedamos al decir las verdades a la cara? Por lo que a mí se refiere, me quedo más ancho que largo, ¿o no es cierto?”

“No reservarse las emociones para uno mismo, no reprimir los sentimientos y, claro, decir la verdad, parecen ser la clave para conseguir llevar una vida con mejores condiciones de salud. Lo que yo creo es que esa es una de las causas que te pueden llevar a disfrutar de una mejor calidad de vida, experimentar menos estrés y evitar el caer en una depresión”.

“Investigadores alemanes aseguran que aparentar pasarlo bien en el trabajo es causa segura de enfermedad. Ese humor alemán... A lo que sin duda se refieren, en tono más serio, es que la gente que se dedica a trabajos de cara al público corren mayores riesgos de caer enfermos por estos motivos, ya que es sabido que, de cara al público, todo son buenas maneras y caras felices, aunque el propio público sea un verdadero depredador psicológico”.

30 octubre 2007

Ansiosos: !Por fin, una buena noticia sobre el café!

Ampliando la información sobre ansiedad y café facilitada en uno de nuestros blogs (Café y ansiedad), nos complace informar sobre unos estudios recientes sobre los beneficios del café.
Así es: el café mejora la memoria a corto plazo y acelera las reacciones actuando sobre el córtex frontal del cerebro. Las investigaciones fueron hechas utilizando imágenes de resonancia magnética (fMRI) en 15 voluntarios, para determinar cómo actuaba el café en diferentes áreas del cerebro.

“La cafeína modula altas funciones cerebrales mediante sus efectos en distintas áreas”, explica Florian Koppelstätter, que llevó a cabo la investigación con algunos colegas del Medical University en Innsbruck, Austria.

Antes de la prueba, el grupo ayunó de 4 a 6 horas, y se abstuvo de tomar cafeína y nicotina durante al menos 24 horas. Luego se les ofreció a unos, una taza de café fuerte, que contenía 100 miligramos de cafeína y a otros, bebida placebo, sin cafeína. Después de 20 minutos todos los participantes se sometieron a una exploración fMRI mientras realizaban una prueba de memoria y concentración. Pasados unos días, el experimento volvió a realizarse bajo las mismas condiciones aunque se intercambiaron las bebidas.

Durante las pruebas de memoria, se mostraron a los voluntarios una rápida secuencia de letras mayúsculas, y luego aparecía una sola letra en la pantalla y se les conminaba a decidir con rapidez si la letra era la misma que aparecía penúltima en la primera secuencia. Debían responder pulsando un "Y" para indicar sí "o" N " para no.

"Todo el grupo mostró activación de la parte relativa a memoria de trabajo del cerebro", explica Koppelstätter. "Pero aquellos que habían tomado cafeína mostraron una activación significativamente mayor en partes del lóbulo prefrontal, conocidas como cingulado anterior y giro cingulado anterior. En estas áreas se hallan implicadas la memoria ejecutiva, la atención, la concentración, la planificación y la supervisión. "
"Este tipo de memoria se utiliza cuando, por ejemplo, se buscar un número de teléfono en una guía y, a continuación, se almacenar mentalmente antes de marcarlo", añade.

Koppelstätter enfatiza que el estudio es todavía preliminar y que aún no se ha descubierto cuánto tiempo duran los efectos en la memoria o qué otros efectos tiene el café sobre la función cerebral. Añade, que el impacto a largo plazo del uso de la cafeína es también una consideración importante a tener en cuenta.

Comenta que el estudio revela que el café tiene un efecto sobre regiones específicas del cerebro implicadas en la memoria y la concentración que coinciden con las evidencias anecdóticas de las bebida que "dan ánimo".

Se sabe que la cafeína ejerce su influencia sobre los receptores de adenosina que se encuentran en las células nerviosas del cerebro y en los vasos sanguíneos. Se cree también que las drogas inhiben estos receptores y que excitan las células nerviosas del cerebro. "Este puede ser quizá el mecanismo involucrado", sugiere Koppelstätter.

La investigación se presentó en la reunión anual de la Sociedad Radiológica de América del Norte.
coaching barcelona
terapia de pareja

Asuntos de mujer

26 octubre 2007

El trastorno bipolar origina grandes pérdidas

Existen muchas más personas que sufren trastornos bipolares de las que previamente se había pensado, en base a los recientes resultados de un estudio presentado en la Sexta Conferencia Internacional sobre Pérdidas de Productividad y Desórdenes Bipolares, incluidas las ausencias en el trabajo, que resultan ser mayores que las atribuidas a la depresión mayor, dicen los investigadores que realizaron el estudio.
El litio, una de las más antiguas drogas utilizadas en psiquiatría, puede ser la solución más efectiva en cuanto a prevenir los intentos de suicidio en pacientes con trastornos maníaco-depresivos y otros tipos de trastornos bipolares, de acuerdo con un estudio por separado. La investigación indica que casi la mitad de todas las muertes por suicidio en los estados unidos anualmente se producen en pacientes con trastornos bipolares para quienes el riesgo es 20 veces mayor que para la población en general.
Aproximadamente, el 4,3% de los adultos americanos sufren de trastorno bipolar o trastorno bipolar o en la antesala de éste—que incluye a aquellos que no llegan a encajar en los criterios precisos para el trastorno bipolar, pero cuyos síntomas impiden de forma más o menos grave el hecho de desarrollar sus habilidades y tareas diarias, de acuerdo con las cifras recientes actuales. Estudios anteriores los cifraban alrededor del 1%.
Los últimos hallazgos desvelan la carga que representa para la sociedad el trastorno bipolar. Son parte de un nuevo análisis de la National Co-Morbidity Survey Replication (NCS-R), uno de las primeras entidades que lleva a cabo el examen de los costes sociales asociados con la enfermedad. El. Dr. Ronald C. Kessler., profesor de política sobre cuidados sanitarios en el Instituto Médico de Harvard y principal investigador del NCS-R, presentó el resumen de los resultados preliminares del examen.
Comparado con el trastorno depresivo mayor, el trastorno bipolar tiene un impacto más significativo en la predisposición individual para ir a trabajar o ser productivo en el trabajo, de acuerdo con el NCS-R, que incluye entrevistas personales con 9.282 adultos.
En cifras anuales, el número de días perdidos en personas que padecen trastorno bipolar es de 49.5, versus 31.9 para el trastorno depresivo mayor. El trastorno bipolar tiene un coste en cifras que pueden calcularse en billones de dólares anuales –una carga económica no apreciada anteriormente, indica el Dr. Kessler, que cree que las investigaciones anteriores habían sobreestimado los costes sociales de la depresión mayor en detrimento de los originados por el trastorno bipolar.
Los intentos de suicidio son a menudo más letales
El suicidio--calificado en términos tanto de pérdidas humanas como en su impacto sobre la sociedad—es uno de los costes más significativos asociados con el trastorno bipolar. Es particularmente alarmante el hallazgo de que los pacientes bipolares tienen mayor éxito en la consecución de sus propósitos. Uno de cada cinco suelen ser letales en contraste con uno de cada 20 intentos de la población en general.
“El número de suicidios e intentos de suicidio, así como el coste que lleva asociado podría reducirse significativamente en los Estados Unidos con el uso más extendido del litio”, dice el Dr. Ross J. Baldessarini., otro investigador de Harvard. El uso del litio era más común antes de la introducción de los medicamentos más recientes y continúa siendo comúnmente practicado en Europa. El uso del litio para tratar estos casos empezó hace más de 55 años.
El Dr. Baldessarini, profesor de psiquiatría en el Instituto Médico de Harvard y su equipo efectuaron una revisión de estudios cuantitativos y de gran alcance, comparando estadísticas de suicidios e intentos de suicidio entre pacientes que seguían distintos tratamientos, recibiendo productos placebo como parte de un ensayo clínico, o sin recibir tratamiento alguno.
El litio reduce los suicidios
Los pacientes que tomaron litio experimentaron una reducción del 80 al 85% de intentos de suicidio o suicidios completados comparados con los pacientes con enfermedades maníaco-depresivas que no fueron tratados con litio, con hallazgos notablemente consistentes por parte de los investigadores, a través de un gran número de estudios diferentes.
"El efecto que el trastorno bipolar tiene sobre las personas, sus familiares, el lugar de trabajo—y en la sociedad en general—no puede ser desestimado”, comenta la Dra. Ellen Frank, profesora de psiquiatría en el Instituto Médico de la Universidad de Pittsburgh. Cuanto más aprendemos sobre el problema, se acrecienta aún más cuanto creíamos y podemos tomar medidas para reducir algunas de sus consecuencias”, añade la Dra.Frank "Una de las posibilidades que tienen sentido en la reducción de las cargas asociadas con el suicidio sería el tratamiento basado en litio”.

¿Kavakava para la ansiedad?

La KAVAKAVA, es una hierba relajante procedente de la Polinesia donde está considerada como una bebida sagrada utilizada a menudo en rituales y ceremonias, así como un brebaje consumido a diario por sus efectos sobre el comportamiento. Se han realizado alrededor de 800 estudios sobre las propiedades químicas y farmacológicas de la misma:
• contrarresta la fatiga,
• produce efectos calmantes sobre el sistema nervioso, y
• ayuda a sentirse relajado.
La hierba funciona bien para pacientes que padecen ansiedad ya que ganan en bienestar sin experimentar la típica fatiga que suele ir asociada a las drogas tranquilizantes.
No obstante, se debe tener en cuenta que existen algunas indicaciones de que la hierba puede interferir en el funcionamiento de la DOPAMINA, un importante neurotransmisor. Como resultado, puede agravar algunos casos de la enfermedad de Parkinson y, en un reciente informe se indica también que puede existir una interacción entre la hierba kava y las BENZODIAZEPINAS
DR. RICHARD FIRSHEIN

18 octubre 2007

¿Ansiedad, sufrimiento sin enfermedad?

En mi libro «Sufrimiento sin enfermedad», aludía al elevado porcentaje de pacientes que sin padecer la enfermedad específica alguna, tampoco podemos considerarlos absolutamente sanos, y señalaba esta particularidad con la denominación de «espacio gris entre salud y enfermedad». Señalaba también que ante los hoy llamados «trastornos somatomorfos», el médico debe presuponer un fondo de ansiedad, estrés, estigma depresivo o estado de ánimo bajo, que también consideramos como vinculados a trastornos psicosomáticos, lo que nuestro Ortega definía como «al alma encarnada». ¿Qué diferencias esenciales podríamos señalar entre los mencionados ansiedad, estrés, depresión, etcétera?

Considero que el estrés es la emoción inespecífica que surge frente a una amenaza corporal. Todos los síndromes, en mayor o menor grado, cuando tienden a concentrarse, se transforman en miedo. El sentimiento de tristeza surge no contra una amenaza, sino frente a una pérdida, y permite al que la padece retraerse del mundo cotidiano como estigma depresivo. Cuando la tristeza se tiñe de desesperanza, hablamos de depresión.

Las reacciones de estrés conducen al síndrome de adaptación de Selyer. Creo, además, que todas estas escalas de interpretación no deben llevarse a cabo sin conocer un poco mejor al famoso fisiopatólogo y gran científico austriaco, el cual hizo un estudio muy completo (1936) y quien ya por entonces utilizó el término estrés en la revista «Nature», de Londres. Son, asimismo, muy interesantes sus estudios al lado del profesor Arthur Bielde, más específicamente en secreción interna hormonal. Tampoco debemos dejar de mencionar al también fisiopatólogo Masor, que define el ataque estresante como una inundación de estímulos para los que carecemos de respuesta y que nos producen intensa carga emocional, lo que en los ancianos se convierte en intensa carga psíquica con alteraciones vasculares y nostalgias.

Tratándose de niños, erróneamente queremos darles estímulos que van más allá de lo que ellos pueden asimilar. Es como si los padres o los profesores quisieran convertirlos en adultos prematuramente. Se trata de un claro error, porque pueden hacerlos llegar a una situación límite.

Reflexionando sobre esta cuestión comprendemos que el estrés actúa por un lado con la agresividad y la violencia, y por otro con las tensiones que nosotros aprovechamos, tratando de dominarlo con nuestra estrategia personal o individual. Respecto a este tema, no debemos dejar de mencionar el grupo Bush de investigación y por nuestra parte el catedrático de la Universidad Complutense doctor Dionisio Pérez, quien afirma (1965) que «el estrés puede ser positivo si se entiende como un reto personal», o sea, que puede ser beneficioso incluso para la actividad humana y que si no existiera una estrategia individual para dominarlo muchas especies animales incluso ya habrían desaparecido.

Podría decirse que el estrés está de moda en la actualidad, si bien siempre existió un aumento de tensión nerviosa tanto ambiental como familiarmente, e incluso en el ámbito social. Hoy está aumentando por circunstancias ambientales, peligros circunstanciales muchas veces aumentados exageradamente por los medios de comunicación. Podríamos decir que existe un estrés de la vida moderna, un ambiente que nos va convirtiendo en víctimas del estrés.

En conclusión, el estrés siempre procede del exterior, a diferencia, por ejemplo, de la ansiedad o la depresión, que están dentro de nosotros, y debe controlarse recurriendo a un ambiente de sosiego, estrecha relación con los seres queridos, animales de compañía, etcétera, pues aquí no hay carga emocional, sino efecto psicológico. La razón por la que ciertos individuos son susceptibles al estrés es porque han heredado una condición denominada «baja tolerancia al estrés».


Jesús Kocina es médico.

12 julio 2007

El insomnio crónico relacionado con la depresión y ansiedad

Para algunas personas, el insomnio crónico puede ser un signo de problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad, según demuestra un nuevo estudio llevado a cabo entre más de 25.000 adultos en el país de Noruega, donde investigadores han hallado que aquellos con insomnio crónico son más propensos a sufrir depresión o trastornos de ansiedad. Asimismo, las personas que sufrían insomnio en la primera parte del estudio tenían más riesgo de tener un trastorno de ansiedad en la segunda parte, una década más tarde. Esto, según los autores, sugiere que el insomnio podría aumentar el riesgo de desarrollar problemas de ansiedad futuros o ser un signo de vulnerabilidad a sufrir síntomas de ansiedad.
Los problemas de sueño son frecuentes en las personas con depresión, ansiedad y otras alteraciones mentales. Pero se desconoce si el insomnio puede provocar depresión o ansiedad. Para estudiarlo, un equipo dirigido por el doctor Dag Neckelmann, de Haukeland University Hospital, en Bergen, Noruega, ha utilizado los datos de una encuesta sobre salud general a más de 25.130 adultos mayores de 20 años.
La primera entrevista se realizó entre los años 1984 y 1986, y la segunda entre 1995 y 1997. Los síntomas de ansiedad y depresión se midieron en la segunda parte de la encuesta mediante preguntas estándares para el diagnóstico de ambos trastornos.
En general, el equipo ha hallado que las personas con insomnio crónico en la primera etapa de la encuesta eran más propensas a tener síntomas del trastorno de ansiedad en la segunda etapa, como así también los que sufrían insomnio sólo en esa etapa. Esto sugiere que en algunas personas el insomnio podría indicar la presencia de un trastorno de ansiedad o ser un factor de riesgo de ansiedad futura, indica el equipo. Sin embargo, los investigadores no hallan evidencia de que el insomnio sea un factor de riesgo de depresión futura. En cambio, las personas con insomnio en la segunda etapa de la encuesta tenían alto riesgo de ya padecer depresión; esto indica que el insomnio y la depresión suelen coexistir.
Los resultados destacan la importancia de consultar al médico para tratar el insomnio crónico, como así también identificar los síntomas de depresión o trastorno de ansiedad. Según los autores, ambas condiciones se pueden tratar sin fármacos, es decir, con terapias como la cognitiva conductual.
De todos modos, mientras que este estudio sugiere que el insomnio sería un factor de riesgo del trastorno de ansiedad, se desconoce si tratarlo reduciría la posibilidad de desarrollar trastornos de ansiedad en el futuro.

06 junio 2007

Qué es el pánico - Test

Hoy en día no sorprende a nadie que alguien revele que sufre de ataques de pánico. Muchos dirán ante una confesión así que conocen a alguien al que le pasa lo mismo o directamente, que también padecieron algún episodio ligado al trastorno o bien, como consecuencia propia de otro cuadro, por ejemplo, el fóbico, el de ansiedad generalizada o el hipocondríaco.
Hace no demasiado tiempo canales de TV, radios y medios gráficos hablaban de manera unánime del tema a la hora de tratar algo referido a la salud mental. Daba ciertamente la impresión de que había "un brote" o que era algo más común de lo que se pensaba y que todos lo padecían. Seguramente, ni una cosa ni la otra. Para Luis Marini médico psiquiatra, presidente de la Sociedad Iberoamericana de Salud Mental en Internet y director del portal Eutimia.com "posiblemente haya habido un momento de sobrediagnóstico". "Hay que diferenciar trastorno de pánico y crisis de pánico. La crisis es un conjunto de síntomas y signos pero no constituye un trastorno mental en sí mismo. Puede presentarse en muchos cuadros asociados y puede ser secundario a ellos. Por ejemplo, un paciente claustrofóbico puede tener una crisis de pánico, pero lo que padece es una fobia no un trastorno de pánico", dice.
El especialista agrega que en el trastorno de pánico lo que ocurren "son crisis de pánico espontáneas sin motivo ni desencadenante, no es secundario a ninguna situación ambiental". En la actualidad el sobrediagnóstico "ha disminuido porque se trabajó mucho en el diagnóstico diferencial" pero el pánico "siempre existió aunque es cierto que como la depresión, es un trastorno que ha crecido mucho".
El test puede consultarse en el siguiente link: http://www.eutimia.com/tests/test_panico.htm y está basado en los Criterios de Diagnóstico de Crisis y Trastorno de Pánico, modificados y adaptados para su mejor comprensión, de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM-IV-TR) por Mariani. Debe aclararse que esta evaluación "es sólo de carácter orientativo. No certifica ningún diagnóstico. Solo un médico psiquiatra o psicólogo puede realizar un diagnóstico de certeza", tal como se indica en el portal. Allí también figura información ampliatoria acerca del trastorno cuya "característica fundamental es la presencia de Crisis de Pánico recurrentes, inesperadas y que no se encuentran relacionadas con ninguna circunstancia en particular (es decir son espontáneas), sin un factor externo que las desencadene, es decir que no son desencadenadas por una exposición a una situación social (como es el caso de la Fobia Social) o frente a un objeto temido (en cuyo caso se trataría de una Fobia Específica)".
Las crisis (o ataques) de pánico, inesperadas y recidivantes, suelen presentar cuatro o más de los siguientes síntomas:
-Miedo intenso a morir o a estar sufriendo un ataque cardíaco o alguna enfermedad física grave que ponga en riesgo la vida.
-Miedo intenso a volverse loco o a perder el control de si mismo.
-Palpitaciones (percepción del latido cardíaco) o pulsaciones aceleradas (taquicardia).
-Sudoración.
-Palidez.
-Temblores o sacudidas musculares.
-Sensación de ahogo o falta de aire.
-Opresión en la garganta (sensación de no poder respirar) o en el pecho.
-Náuseas, vómitos o molestias y dolores abdominales.
-Inestabilidad, mareos o desmayos.
-Sensación de irrealidad (sentir al mundo externo como algo extraño).
-Sensación de no ser uno mismo (despersonalización).
-Hormigueos (parestesias).
-Escalofríos o sensación de sufrir frío intenso.
En cuanto al tratamiento, existen varios posibles que incluyen distintos medicamentos eficaces y psicoterapia cognitiva-conductual. "Frecuentemente, una combinación de psicoterapia y medicamentos da buen resultado en más o menos corto tiempo. Por lo tanto, un tratamiento adecuado para el trastorno causado por pánico puede prevenir ataques posteriores o hacer éstos menos severos y frecuentes, lo que trae consigo un gran alivio a 70 ó 90 por ciento de las personas que padecen este trastorno", dice. "Además, las personas que padecen trastornos de pánico pueden necesitar tratamientos para otros problemas emocionales. La depresión se asocia frecuentemente con los trastornos causados por pánico de la misma manera que el abuso del alcohol o de drogas. Afortunadamente los problemas asociados con los trastornos de pánico así como éstos mismos, pueden resolverse eficazmente con el tratamiento adecuado".
coaching barcelona
terapia de pareja
Asuntos de mujer

19 abril 2007

Famosos víctimas de fobias y ataques de pánico

Las estrellas del mundo del espectáculo, aunque por momentos se muestren como seres superiores, también suelen ser víctimas de fobias y ataques de pánico. Así, la fama, el glamour y los flashes de Hollywood traen consigo buenos momentos, como cuentas bancarias asombrosas y las fiestas más divertidas, pero también pueden ocasionarle a las celebridades ataques de pánico y fobia al por mayor. Tal es el caso de la sensual actriz Kim Bassinger, protagonista de la película 'Nueve semanas y media', quien conoce muy de cerca a la agorafobia, la sensación de temor a espacios públicos y a salir a la calle sola.
“Sufro un desorden obsesivo compulsivo, el cual me obliga a poner los objetos en línea recta o por pares. Así, meto en el frigorífico las latas de gaseosa y si me parece que hay una de más, la guardo en cualquier armario… Cuando entro en la habitación del hotel, antes de relajarme, tengo que hacer desaparecer todos los papeles y libros y meterlos en un cajón. Todo tiene que estar perfecto…”, manifestaba el exitoso deportista inglés David Beckham, jugador de fútbol del Real Madrid, quien padece Trastorno Obsesivo Compulsivo.
Las imágenes del cantante Michael Jackson luciendo un barbijo en su boca han recorrido el mundo, ocurre que el afamado artista sufre de misofobia, el miedo a la contaminación a través de la suciedad y los gérmenes. Por su parte, el actor norteamericano Brad Pitt sufre de selacofobia, el nombre científico que se le da a un miedo persistente y anormal a los tiburones; y el genial actor Nicholas Cage quiere día a día superar su ansiedad, la cual ha sido causante de la pérdida de cabello.
Y aunque parezca algo increíble teniendo en cuenta los fabulosos shows que brindan, Barbra Streisand, Madonna, Carly Simon y el español Joaquín Sabina viven con pánico escénico.

03 abril 2007

Investigación constante

¿Cómo aprendemos esa canción pegadiza que suena en la radio? ¿Cómo recordamos aquel juguete que tanto nos hacía disfrutar cuando éramos niños? El aprendizaje y la memoria son fascinantes fenómenos cerebrales que van ineludiblemente cogidos de la mano. El aprendizaje es el proceso de adquirir conocimiento a través de la experiencia; éste produce la memoria, que a su vez se define como la habilidad del cerebro de retener y recuperar información.
Los científicos saben que en el cerebro hay áreas críticas para el aprendizaje y la memoria, y que estas áreas funcionan como una red, en la cual cada región tiene un rol diferente que desempeñar. Por ejemplo, el hipocampo es un área del cerebro sumamente importante en la formación de la memoria. Otra área importante es la corteza cerebral, en particular la corteza prefrontal, la cual ayuda en la retención de memorias a corto plazo. Una tercera área de importancia es la amígdala, que controla aspectos emocionales del aprendizaje y la memoria.
Recientemente tres grupos de investigadores publicaron tres artículos consecutivos sobre sus estudios relacionados con el aprendizaje y la memoria en la prestigiosa revista científica 'Learning & Memory'.
Un estudio estudió el rol de una proteína llamada Nurr1 en el hipocampo. Se sabe que esta proteína tiene un rol en el desarrollo de neuronas que se ven afectadas en desórdenes como la esquizofrenia, pero se desconoce su importancia en procesos de aprendizaje y memoria. Este grupo encontró que la supresión de Nurr1 en el hipocampo afecta el aprendizaje de las ratas y la formación de memorias a largo plazo. Interesantemente, las características de estas ratas son análogas a los síntomas de pacientes esquizofrénicos, depresivos y obsesivo-compulsivos, por lo que descubrimientos como éste podrían arrojar luz sobre los mecanismos moleculares de estas enfermedades neurosiquiátricas.
Hay memorias transitorias, como la que nos permite recordar por varios minutos un número de teléfono antes de marcarlo, y acto seguido olvidarlo. La corteza prefrontal media este tipo de memoria, que decae según vamos envejeciendo. La administración de fármacos que estimulan ciertos receptores en el cerebro ayudan a mejorar esta función, pero se desconoce cuál es el mecanismo.
Un investigador ha hallado resultados que sugieren que estos fármacos actúan inhibiendo una proteína (llamada segundo mensajero AMP cíclico), sumamente importante en procesos celulares, y cuya inhibición mejora la consolidación de la memoria.
El último integrante de este trío investigó el rol de la corteza prefrontal en la expresión del miedo aprendido, una conducta que se relaciona a condiciones como el Trastorno de Estrés Post-Traumático. Aunque se sabe que la amígdala es el almacén de las memorias asociadas al miedo, se cree que la corteza prefrontal controla la manifestación de esas memorias almacenadas. Pues bien, éste descubrió que dos subregiones de la corteza prefrontal (la subregión prelímbica y la subregión infralímbica) tienen efectos opuestos en la expresión del miedo aprendido, aumentando o disminuyendo, respectivamente, la expresión del miedo aprendido almacenado en la amígdala. El conocimiento de cómo funcionan estos circuitos relacionados al miedo aprendido podría proveer tratamientos para pacientes con trastorno de miedo y ansiedad.
El aprendizaje y la memoria dependen de una maquinaria complicada y bien aceitada para su funcionamiento normal. Aunque descifrar este rompecabezas es una tarea titánica, día a día, neurocientíficos del mundo se dedican a desenmarañar los secretos de los procesos que le permitirán recordar lo que acaba de leer.

18 marzo 2007

La primavera siempre trae más casos de ansiedad

El doctor Antonio Bulbena, director del Instituto de Atención Psiquiátrica, Salud Mental y Toxicomanías del Hospital de Barcelona (España), sostiene que éste es uno de esos dichos populares que la ciencia se ha encargado de validar. «La alteración será mayor en unos que en otros porque no todo el mundo es igual de sensible a estos cambios, pero la primavera y el otoño siempre traen consigo más casos de ansiedad».
Este prestigioso especialista lleva años investigando la relación entre la salud mental y fenómenos como la luz, la lluvia, el viento o la temperatura; concretamente desde finales de los 70 cuando, recién acabada la carrera de medicina y sin la especialidad aún de psiquiatría, ejercía como médico rural en un pueblo de la costa brava. «Allí predomina la tramontana, un viento intenso, racheado y ruidoso que puede durar varios días. Siempre me fascinó escuchar a mis pacientes cómo lo responsabilizaban de sus molestias y eran capaces de predecir su malestar», recuerda.
Pregunta.- ¿Acierta el refrán sobre los efectos de la primavera?
Respuesta.- El acervo popular dice más cosas de las que la ciencia puede confirmar. Muchas son exageraciones pero también hay un buen número que son aciertos simplemente no contrastados. Lo que está fuera de toda duda es que el cambio de estación, la luz, el viento y la lluvia tienen consecuencias claras sobre nuestro cuerpo y sobre nuestra conducta. Y, efectivamente, 'la primavera la sangre altera' pero también lo hace el otoño.
P.- ¿A quiénes afecta más el cambio de estación?
R.- La ansiedad es el trastorno más meteorosensible, es decir, es el más sensible a los cambios de tiempo, pero también sabemos que en los meses de primavera y otoño aumentan los casos de depresión y son más comunes los ataques de pánico, angustia, e incluso los suicidios cuando son de naturaleza violenta. El fenómeno atmosférico es importante si tenemos en cuenta que hay días en que se disparan los casos de ansiedad y otros días en los que prácticamente desaparecen. Esto no es igual en todos los países. En algunos porque no hay cambio de estación y en otros, como Japón, porque allí estas complicaciones se dan con más frecuencia en verano, según un estudio reciente.
P.- ¿Qué tienen en común las personas que son más sensibles al cambio de estación?
R.- Es más frecuente entre las mujeres. En general, porque ellas captan los cambios internos y externos con más facilidad, lo cual tiene muchas ventajas y algún inconveniente como el que nos ocupa. No obstante, debo decir que en la consulta también me he encontrado con hombres extremadamente sensibles al cambio meteorológico.
P.- ¿Cuál es el impacto del cambio de estación en pacientes con enfermedades mentales más graves como una esquizofrenia o un trastorno bipolar?
R.- Puede producirse algún efecto pero siempre es mucho menos obvio que sobre las personas que padecen ansiedad y depresión.
P.- Se tiende a creer que las conductas más violentas se desatan con el aumento de las temperaturas.
R.- Durante la ola de calor de 2003, que causó tantas muertes en Europa, decidimos analizar qué estaba sucediendo aquellos días en las urgencias psiquiátricas y, curiosamente, no vimos que aumentara la angustia o la ansiedad. Lo que observamos fue un aumento de la agresividad y del consumo de alcohol y sustancias tóxicas.
P.- ¿Qué recomendaciones siguen o deben seguir las personas con mayor riesgo de sufrir trastornos asociados al tiempo y a la estación?
R.- Cuando estos fenómenos resultan muy incómodos y revisten cierta gravedad se pueden prevenir con medicación. Disponemos de tratamientos eficaces, como los antidepresivos, que ayudan a evitar su aparición. Otro tratamiento muy eficaz es la luz. En invierno, algunas personas sufren lo que se conoce como trastorno afectivo estacional y si se les aplica luminoterapia por las mañanas se consiguen buenos resultados. El empleo de una lámpara puede lograr recuperaciones muy rápidas.
P.- La luz está también asociada al cambio de horario que tendremos en unos días.
R.- Los ritmos biológicos están muy ligados a la luz y hay bastantes personas a las que les cuesta más adaptarse al cambio de hora porque sus ritmos se ven modificados. Por eso es un trastorno tan habitual en los que vuelan de un continente a otro.
P.- Otra sentencia popular aconseja que 'cuando llueve y hace viento cierra la puerta y estate dentro'.
R.- En este caso hay más creencias que evidencias pero hemos podido comprobar cómo los días de viento de poniente coinciden con los días de más ataques de pánico atendidos en urgencias. El de poniente es un viento caliente que viene de tierra y está muy ionizado. En el Norte, lo llaman viento sur. Respecto a la lluvia, el día antes de la precipitación los pacientes con ansiedad ya anticipan y notan malestar, pero luego cuando empieza a llover mejoran. En los días lluviosos los ataques de pánico, por ejemplo, se reducen a la mitad.

14 marzo 2007

Ansiedad, difícil sobrellevarla

La mayoría de las personas, sin importancia de su estatus social o condición, suele dar poca relevancia a sus ataques, que los cree cosa pasajera pero, llegado el caso, puede acabar en auténtico quebradero de cabeza para el que lo sufre.
La ansiedad es una enfermedad mucho más habitual de lo que la gente piensa, pues todo el mundo llega a caer en sus redes al menos una vez en la vida. Es importante ser consciente que la aparición de la ansiedad como enfermedad es una barrera determinante para poder llevar un estilo de vida equilibrado.
Según numerosos testimonios de pacientes con este problema, siempre se hallan en un estado alterado de nerviosismo y preocupación constante sin motivo aparente. Creen que no tienen escapatoria a esa sensación irracional y toda su vida rota alrededor de un miedo extremo, no pueden mantener la concentración de ningún modo, ni conciliar el sueño llegada la noche.
Las relaciones de familian se deterioran bastante por el comportamiento del ansioso y la falta de entendimiento de sus allegados que no comprenden su actitud "irracional".
Del total de personas que han padecido alguna vez ansiedad, las estadísticas afirman que el 54% son mujeres y el 46% hombres. Ellas son más propensas a padecer un trastorno de ansiedad como fobias y estrés postraumático.

07 marzo 2007

Crisis de angustia

Consiste en la aparición repentina de la ansiedad en su máxima intensidad. La típica crisis se presenta generalmente de modo repentino, sin síntomas previos de aviso. No es raro que se desencadene durante el sueño, despertándose el paciente con los síntomas en toda su intensidad.
Para tratar este problema en Barcelona consultar la web de especialistas psicologos barcelona
Estas crisis se viven por el paciente como una señal de muerte inminente, la intensidad de sufrimiento es equivalente a la de alguien que nota que lo van a matar. Se acompaña de síntomas corporales de pánico: taquicardia, palpitaciones, respiración acelerada, sensación de ahogo o falta de aliento, náuseas o molestias abdominales, mareo, desmayo o aturdimiento, palidez, manos y pies fríos, sensación de opresión precordial que en ocasiones llega a ser dolor precordial, sudoración, parestesias (sensación de entumecimiento u hormigueo), miedo a perder el control o "volverse loco" y miedo a morir.
La crisis suele durar unos minutos, pero puede persistir durante horas. Es tan viva la sensación de peligro para la vida durante la crisis (sobre todo por el dolor precordial), que el paciente acude a varios médicos no quedando tranquilo si se le afirma que no tiene nada del corazón, pues no le parece posible que síntomas tan alarmantes como los suyos no tengan una causa orgánica grave.


04 marzo 2007

Plantas para los nervios

La sociedad actual es tan competitiva que somete al individuo a un estado de tensión constante. Todo ello produce una serie de anomalías en el sistema nervioso. Una situación ideal es la que consigue equilibrar al individuo proporcionándole la tensión - relajación necesaria para afrontar los retos sociales y personales sin que estas exigencias le sumerjan en un estado de ansiedad o estrés tan elevado que acabe por enfermarlo.
La función principal de la fitoterapia en el control del sistema nervioso se basara en utilizar aquellas plantas tranquilizantes y tónicas que permitan controlar la tensión, relajar la excitación y tonificar los nervios.
Las principales plantas utilizadas para combatir enfermedades de los nervios son:
Uso Interno:
Ginseng y Ginseng siberiano: (Panax ginseng y Eleutherococus senticocus) Ambos muy utilizados para atacar la depresión y reducir el estado de estrés personal. Constituyen reforzantes naturales del sistema nervioso. (Tomar cápsulas preparadas, de acuerdo al prospecto).
Hierba de San Juan, Hipérico: (Hyperycum perforatum L.) Su uso prolongado -entre unos 4 y 6 meses- constituye un tónico reparador del sistema nervioso, especialmente útil en el tratamiento de la depresión. (Una cucharadita de polvo de flores machacadas 2 veces al día) Ver contraindicaciones.
Borraja (Borrago officinalis) Para equilibrar el exceso de hormonas suprarrenales que se produce en una situación de estrés (Infusión de una cucharada de hojas secas por vaso de agua. Tomar un par de vasos al día).
Valeriana: (Valeriana officinalis) Contra cualquier tipo de trastorno nervioso y depresivo y sus manifestaciones psicosomáticas - palpitaciones, espasmos, vómitos, agotamiento nervioso, estrés, problemas de insomnio, etc. (Infusión de unos 15 gramos de la raíz de la planta que se deja reposar durante toda la noche).
Albahaca: (Ocimum basilicum) Refuerza el sistema nervioso y tranquiliza sus manifestaciones adversas en el estómago. (Infusión de una cucharadita de hojas secas por vaso de agua. Tomar un par de tazas al día después de las comidas principales. Si se aumenta la dosis tiene propiedades narcóticas.)
Rosa silvestre: (Rosa canina) Se utiliza para tranquilizar el sistema nervioso principalmente cuando se manifiesta en problemas del estómago (Infusión de una cucharadita de flores secas por vaso de agua. Tomar 2 vasos al día).
Flor de la pasión o pasionaria: (Passiflora caeurulea) Especialmente interesante cuando la situación de desasosiego no nos deja conciliar el sueño y padecemos de insomnio. Se puede utilizar también con los niños o con las personas mayores, incluso con tratamientos prolongados, lo cual les permitirá descansar mejor por la noche. Muy aprovechable para ayudar a aquellas personas que están siguiendo un tratamiento contra la depresión o que tienen tendencia a mostrarse tristes u abatidos, en situaciones como la reciente perdida de un empleo, el fallecimiento de alguna persona querida, los problemas nerviosos relacionados con la menopausia. También muy útil para calmar los nervios en aquellas situaciones en que las exigencias del trabajo nos obligan a enfrentarnos a una situación estresante: exposiciones delante del público, exámenes, etc. (Infusión de un par de cucharadas de la planta seca por medio litro de agua. Beber un par de taza pequeñas al día) (Maceración la cantidad que se desee de planta seca con la misma cantidad de alcohol durante una semana. Filtrar y tomar unas 25 gotas al día).
Lúpulo: (Humulus lupulus) Constituye un buen sedante para los nervios y para calmar un exceso de deseo sexual. (Infusión de una cucharadita de flores secas por vaso de agua).
Melisa: (Melisa officinalis) Muy útil para toda clase de alteraciones del sistema nervioso Infusión de un pellizco de hojas secas en un vaso de agua durante 1/4 de hora. ( 3 vasos al día).
Tila: (Tilia europaea, T. platyphylos, T. cordata) Uno de los recursos más utilizados contra los "problemas de nervios" (Infusión de una cucharada de flores secas por vaso de agua. Tomar 3 ó 4 vasos al día, dependiendo del estado personal).
Espino albar: (Crataegus oxycantha, C monogyna) Especialmente indicado para conciliar el sueño y en una situación de ansiedad personal (Infusión de una cucharada de flores secas por taza de agua. Tomar un par de tazas al día) (Existen suplementos en farmacias y herbolarios de esta planta en combinación con otras, como la pasionaria, o la valeriana. Beber de acuerdo al prospecto).

15 febrero 2007

Las mujeres y la ansiedad

Tiene nombre femenino y encarna particularmente en ellas. Nunca como en estos tiempos, las mujeres han corrido tanto y se han sobrexigido más. Se entregan a la familia, al trabajo, a otras actividades con tanta pasión que casi nunca ponen los ojos en ellas mismas… ¿Resultado? La ansiedad se les desborda como espuma de cerveza.
En ocasiones, sentirse nerviosa, con un hormigueo en el estómago, el corazón que late de prisa y las manos sudorosas, es algo normal ante una situación difícil o estresante. Nuestro sabio organismo tiene prevista tales respuestas, que también aparecen ante un peligro inminente. Resumiendo, es un mecanismo adaptativo natural que nos permite ponernos alerta ante sucesos comprometidos. Un cierto grado de ansiedad proporciona un componente adecuado de precaución en situaciones especialmente tensas. Una ansiedad moderada puede ayudarnos a mantenernos concentrados y afrontar los retos que tenemos por delante. Sin embargo, a veces el sistema de respuesta funciona mal. La ansiedad se presenta de manera desproporcionada de acuerdo con la situación, incluso, llega a desencadenarse sin motivo aparente. En estos casos, cuando se presenta en momentos inadecuados o es tan intensa y duradera que interfiere con las actividades normales de la persona, entonces se la considera como un trastorno.
Los trastornos por ansiedad son, en conjunto, la enfermedad psiquiátrica más frecuente. El sitio web www.institutoklein.com muestra los diferentes tipos, cada uno con sus propias características:
Trastorno de ansiedad generalizada: Se trata de una tensión crónica aún cuando nada parece provocarla. Esta preocupación o nerviosismo excesivo es casi diario y se diagnostica como tal cuando tiene una duración mínima de seis meses.
Trastorno de pánico (o ataque de angustia): Se experimentan crisis recurrentes de angustia que surgen espontáneamente. Se trata de una ansiedad aguda y extrema en la que es frecuente que la persona siente que va a morir. Estos ataques repentinos de miedo intenso no tienen una causa directa. En ocasiones, los pacientes que sufren este trastorno desarrollan angustia a experimentar el próximo ataque, cuya ocurrencia no pueden prever, es la llamada ansiedad anticipatoria.
Trastorno fóbico: Tiene como rasgo esencial la presencia de un temor irracional y persistente ante un objeto específico, actividad o situación con la consecuente evitación del objeto temido. Por ejemplo, el miedo a volar, a los pájaros o a los espacios cerrados, a la oscuridad, etc.
Trastorno obsesivo-compulsivo: Se trata de pensamientos o acciones no voluntarios que el paciente no puede dejar de pensar o hacer para no generar ansiedad. En todo caso, el sujeto reconoce el carácter absurdo de sus pensamientos o acciones. Por ejemplo: lavarse las manos a cada rato, contar cosas, etc.
Trastorno por estrés post-traumático: Se presenta en casos que hay secuelas psicológicas desagradables tras el impacto de un trauma emocional, como en el caso de un accidente o violación. Se caracteriza por los recuerdos persistentes del suceso traumático, un estado emocional con exaltada vigilancia y la reducción general de interés por los sucesos cotidianos.
¿Qué hacer?
La ansiedad es sobre todo un sentimiento de miedo. La fuente de este desasosiego no siempre se sabe o se reconoce, lo cual aumenta la angustia que causa.
La solución más efectiva para un problema de ansiedad, recomiendan los expertos, es intentar encontrar su causa, aunque lamentablemente esto no siempre es posible. El primer paso entonces consiste en hacer un inventario de los factores que podrían estar ocasionando el exceso de ansiedad, por ejemplo, ¿Qué situación me lo crea? ¿Pienso en algo constantemente? ¿Por qué no puedo olvidar un problema si no es tan grave?
Identificado el asunto que nos tiene ansiosa, el otro paso es buscar a una persona confiable, y sentarse a conversar de lo que nos preocupa; sobre todo precisamos un oído receptor ya que, con mucha frecuencia, el simple hecho de hablar con alguien es todo lo que estamos necesitando para ayudar a calmar la ansiedad.
Si tal estrategia no resultara, busque atención en el psicólogo de su área de salud o en el Centro de Salud Mental. Existen tratamientos eficaces contra la ansiedad. No debe sentirse condenada a vivir con la enfermedad, ya que por lo común estos padecimientos tienden a complicarse. La Medicina Natural y Tradicional, como la acupuntura, la digitopuntura y la terapia floral han demostrado sus resultados en este campo.
CONTROLE SU ANSIEDAD
Consuma una dieta saludable, coma poquito y variado. Si pasa de los 30, debe servirse en un plato de postre, en el caso de que lleve una vida sedentaria.
Trate de dormir ocho horas.
Haga ejercicio regularmente. Camine a paso rápido cuando se sienta ansiosa.
Lleve una vida libre de excesos de sal y azúcar y de sustancias tóxicas.
Aprenda y practique técnicas de relajación como fantasías guiadas, relajación muscular progresiva, yoga, tai chi o meditación.
Haga un balance entre las actividades recreativas y las responsabilidades. Se recomienda pasar algún tiempo con personas de grata compañía.
En todos los casos, resulta provechoso consultar con un especialista del área de salud o del Centro de Salud Mental.
SE DEBE BUSCAR ASISTENCIA MÉDICA DE INMEDIATO
Si se presenta un dolor aplastante en el pecho, especialmente con dificultad respiratoria, mareo o sudoración. Un ataque cardíaco puede causar sensación de ansiedad.
Si se tienen pensamientos suicidas.
Si se presenta mareo, respiración o latidos cardíacos rápidos.
Si la ansiedad interfiere con el trabajo o el funcionamiento en el hogar.
Si por una misma no logra saber la fuente o causa de la ansiedad.
Si se experimenta una sensación repentina de pánico.
Si la persona repite una acción una y otra vez, como contar cosas o se muestra excesivamente meticulosa.
ATAQUE DE PÁNICO
Provocado por una ansiedad muy intensa se caracteriza por sensación de ahogo y opresión en la garganta, respiración dificultosa, sudoración, náuseas, temblores, taquicardia o palpitaciones. Las mujeres son de dos a tres veces más propensas que los hombres a los ataques de pánico.
coaching barcelona
terapia de pareja

Asuntos de mujer
Ansiedad

11 febrero 2007

Pánico: Para entender el miedo

Los ataques de pánico los padecen más del 20 por cien­to de la población. Acompañados de la agorafobia, son excesiva­mente invalidantes y angustian­tes, deteriorando la cali­dad de vida. Especialistas y pro­tagonistas de la Fundación Fobia Club explican de qué se trata.
”Tengo 49 años de existencia y diez de vida“ comienza con fir­meza Adriana Comas: "Viví más de 17 años con ataques de páni­co y llegué a tener más de una docena por día. Cuando llegué a la Fundación Fobia Club, después de leer un testimonio en una re­vista, hacía seis meses que no salía de mi habitación y ni siquie­ra me bañaba; menos aún cuida­ba de mi marido y mis hijos“.
El infierno padecido por quie­nes tienen trastornos de ansie­dad y más específicamente tras­torno de pánico, pertenece a un mundo no conocido por nadie más y, tal vez por eso, tan incomprendido. "Cuando me curé y mis hijos dieron testimonio entendí lo que sentían y lo duro que tam­bién todo esto había sido para ellos", narra Adriana.
Los tiempos actuales y la so­ciedad en su conjunto, con responsabilidades compartidas, son los responsables de que los indi­viduos vivan y sufran la vorágine diaria a la que, ni psicológica ni físicamente, están preparados para enfrentar con tanta cotidianei­dad.
Las personas, sin notarlo, vi­ven un alerta continuo producto de las exigencias laborales, las económicas y las crisis de víncu­lo naturales de las relaciones interpersonales. Tanta adre­nalina un día se vuelve en contra y como una disfunción, los tras­tornos característicos del estrés aparecen con un pronóstico de arduo esfuerzo para contrarres­tarlos.
El médico psiquiatra Ricardo Arriaga explica que un 20 por ciento de la población sufre la enfermedad, la cual pertenece a un grupo denominado ”trastor­nos de ansiedad“, dentro del que se encuentran fobias, ansiedad generalizada, estrés postraumá­tico y trastorno obsesivo compulsivo entre otros. ”Un episodio de ataque de pá­nico consiste en una situación que aparece súbitamente y el paciente tiene la impresión de una muerte inminente, de que algo muy malo le va a pasar y comienza a tener taquicardias, hormigueos, dolor de pecho y opresión y malestares intestina­les y neurológicos, con una dura­ción de aproximadamente diez minutos“, detalla Arriaga. La frecuencia de este sufri­miento puede ser anual, men­sual, semanal o diaria depen­diendo de cada paciente, sin que estas variedades representen un diagnóstico diferenciado. Por otra parte, la existencia de estos episodios desesperantes comienzan a invalidar a las per­sonas que lo sufren, ya que desarrollan lo que se denomina "fobia". En consecuencia se dejan de hacer las actividades comunes cotidianas por miedo a que sobrevenga un nuevo ataque de pánico. Es lo que los profesionales denominan comunmente "miedo al miedo", sensación que comienza a traer grandes trastornos en la vida de los panicosos porque les impide trabajar, hacer las compras, con­ducir un auto y un largo etcétera.
”Yo no podía bañarme si no es­taba mi marido conmigo porque temía tener un ataque bajo la ducha. Arruiné muchas vacacio­nes de mi familia porque cuando subía al auto comenzaba a aho­garme y pedía volver y, en el ca­so de llegar a un lugar, no salía del hotel“, comenta Adriana Co­mas, quien, hasta llegar a Fobia Club y ser tratada por psiquiatras y psicólogos, deambuló durante años por todas las especialidades en busca de un diagnóstico y una respuesta para sus síntomas. ”Por lo general, cuando el pa­ciente concurre a la consulta, viene clínicamente estudiado porque concurrió a varios médi­cos diferentes (traumatólogos, neurólogos, clínicos, gastroente­rólogos) creyendo que el proble­ma se trataba de un desorden de carácter orgánico“, subraya el psiquiatra.
Los orígenes de la desespera­ción
Para Arriaga, desde la psiquia­tría, se considera que puede existir una causa que desate este trastorno, como ser un problema familiar, una situación de mucho estrés, un episodio donde el pa­ciente fue víctima de inseguri­dad, sin embargo no siempre hay una causa marcada pero sí una predisposición biológica pro­ducto de una alteración en el ce­rebro. Se activa en el cuerpo un sistema de alarma excesiva ante una situación que no lo justifica. Pero en realidad el problema es multifactorial, comenta Arria­ga, "ya que la inseguridad, las presiones laborales, las dificulta­des económicas y las sobreexi­gencias preparan el campo para desatar el sufrimiento de estas crisis".
Pero también existe una predisposición que tiene que ver con la crianza de la persona y si fue criada con miedo o no.
Al respecto, el vicepresidente de la fundación destinada aten­ción a los trastornos de ansiedad "Fobia Club", el doctor en Psico­logía Clínica Gustavo Bustaman­te, explica que el desarrollo y los primeros años de vida son muy importantes en cuanto se piensa en la predisposición de carácter psicológico que una persona de­sarrolla para sufrir de adulta la enfermedad. "Lo que muchos pacientes tra­en en común es la historia de una madre que los ha preocupa­do de chicos más de la cuenta en cuanto a las enfermedades, en cuanto que no les pase nada y han sido sobreprotegidos. Cuan­do alguien es sobreprotegido in­terpreta que es más débil que los demás y por eso necesita un ex­cesivo cuidado", comenta Busta­mante. "De todas maneras, lo que pa­sa afuera también influye y suma a la predisposición biológica", agrega el psicólo­go.
El panicoso tiene la preocupa­ción fundamental de no saber cómo controlar el cuerpo cuando comienza con los síntomas, y las situaciones que evita son coar­tantes para llevar una vida normal. Si se le cierra la garganta al ir al supermercado o al tomar un ascensor, dejará de hacerlo y así con todas las actividades que le despierten un episodio, que pue­den ser de cualquier clase. "El intentar controlar un cuerpo que se sale de control tie­ne que ver también con personas que siempre quieren tener el control de las cosas, el control de la realidad y que por eso se encuentran más exigidas y con más estrés. Por eso ocurre entre per­sonas que acarrean más respon­sabilidades de las que deberían tener y la franja más afectada va entre los 20 y los 40 años", destaca Bustamante.
Tratamientos que devuelven la vida
Un porcentaje muy alto de pa­cientes, acuden al consultorio después de sufrir trastorno de páni­co durante más de siete años. El tratamiento que deben enfrentar consta de una atención por partida doble, tanto en lo psiquiátrico como en lo psicológico y conclu­ye en excelentes resultados.
Mientras el psiquiatra propor­ciona un tratamiento con ansiolí­ticos y, en algunos casos con antidepresivos, el psicólogo aplica la llamada terapia "cognitivo-conductual", consistente en hacer cambiar al paciente algunos pensamientos y percepciones de la realidad de carácter disfuncio­nal, modificando a su vez hábitos y conductas. Se asegura que con doce sesiones, el paciente deja de sufrir los ataques. La medica­ción es también proporcionada por un tiempo limitado.
Pero los profesionales coinci­den en que lo que es fundamen­tal es el apoyo y la comprensión del entorno. Un episodio de páni­co es algo irracional, es temerle terriblemente a algo que no re­presenta una amenaza para na­die más que para quien lo está sufriendo, por eso el entendimiento de los otros se vuelve al­go difícil. Sin embargo, el acompaña­miento es fundamental para que la persona que lo sufre pueda sa­lir del problema para siempre.
Bustamante grafica la cuestión narrando un episodio en su consultorio: "Tuve hoy la pri­mera consulta de un paciente con trastorno de pánico, y lo que fue ejemplificador es que acudió con la esposa, quien me dijo ¨doctor, yo también vine porque estamos juntos en esto¨. Eso es lo que debe entender todo entor­no, porque muchos pacientes concurren sintiéndose en extre­ma soledad, incomprensión y abandonados“.
Las alternativas de cura exis­ten. Los tiempos modernos han llevado a padecer afecciones nuevas, pero lo importante es que son solucionables y permiten que el individuo pueda desarrollarse, vivir en sociedad y estar en paz consigo mismo, ya sin an­gustias.
"Después de la primera se­mana de tomar la medicación, lo cual me costó mucho hacerlo porque pensé que me iba a ma­tar, y después de haber pasado seis meses sin salir de mi habita­ción, tomé la decisión de salir a la calle sola. Caminé primero contra la pared de las casas. Cuando vi que no me caía, me fui alejando hasta llegar al cordón de la vereda y luego de caminar media manzana, me largué a llorar con fuerza porque sentí que me habían devuelto la vida“, finaliza Adriana Comas, paciente ya recuperada.
coaching barcelona
terapia de pareja

07 febrero 2007

Ansiedad... ¡ten calma!

Aprender a relajarse y modificar hábitos adquiridos por el acelerado ritmo de las grandes ciudades, es un buen inicio para no caer en trastornos de ansiedad desde temprana edad.
Gregorio Pérez Hernández, académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Veracruzana, ha realizado un estudio donde se revela que la ansiedad es un padecimiento registrado con mayor frecuencia entre personas de 20 a 30 años. "Por ello es necesario comprender el contexto en que puede manifestarse y las diferentes opciones para su tratamiento".
Pérez Hernández comenta que actualmente se está dando mucha importancia al tratamiento de la ansiedad en infantes debido aque en la etapa adulta se puede caer en cuadros irreversibles o en complicaciones como las adicciones y farmacodependencia.
¿Qué es eso que llaman ansiedad? Es un trastorno dentro del marco de la afectividad. Si bien la ansiedad como tal es parte de la naturaleza humana y significa "sin tranquilidad" o "sin calma", la podemos definir como un estado emocional tenso, caracterizado por una diversidad de síntomas como dolor torácico, palpitaciones y disnea (dificultad para respirar). Se trata de un estado doloroso de la mente que anticipa algún evento desagradable sin que haya motivo aparente para éste. Incluye aprehensión o miedo anormal; dudas sobre la naturaleza y el peligro, la creencia de que la realidad es amenazante, y momentos en que la persona no se siente capaz de enfrentar aquello que teme.
¿Cuáles son las principales causas? En todo diagnóstico es menester que se consideren las áreas que conforman a todo ser humano: lo social, lo biológico y lo mental. Partiendo de ello, distintas escuelas proponen teorías diferentes sobre el surgimiento de la ansiedad: algunos dicen que es aprendida, otros que se debe a un desequilibro entre bioquímicos cerebrales (neurotransmisores), y en la escuela sicoanalítica, por ejemplo, a situaciones de manejo inadecuado de las pulsiones sexual o agresiva. También puede ser originada por el uso de sustancias tóxicas, ambientes estresantes, etcétera.
Es importante descartar desde el principio que los síntomas de ansiedad no sean debidos a la ingesta de algún tipo de sustancia ansiogénica: cafeína, anfetaminas o a una enfermedad médica como el hipertiroidismo.
¿Y los síntomas más comunes? Casi cualquier sistema o aparato de nuestro organismo puede reflejar síntomas de la ansiedad: irritabilidad, inquietud, sudoración excesiva de manos o pies, taquicardia, urgencia continua de orinar, diarreas o estreñimiento, palpitaciones, sensación de falta de aire, miedos, imposibilidad de estar en un solo lugar, insomnio, palidez, temblor, opresión o malestar torácicos, mareo, obsesiones, entre otros.
¿Qué aspectos de la vida se ven afectados? Prácticamente todos: el laboral, social, familiar, anímico, sexual, y en lo económico por el gasto de dinero que ocasiona.
¿Por qué aumenta en personas entre los 20 y 30 años? Se considera que en ese periodo, toda persona se encuentra en una interfaz entre el organismo y sus transacciones con el medio. Se espera que muchas metas, planes y logros se empiecen a concretar. Si alguien no ha sido capaz de "triunfar" a esa edad se siente fracasado. Esto incluye el no haber logrado consolidar una familia, que la sociedad no permita un adecuado desarrollo como conseguir un buen empleo, entre otros factores más.
¿Cuál es el tratamiento a seguir? Se consideran dos básicamente: sicofármacos y sicoterapia. Entre los fármacos están los ansiolíticos, neurolépticos o antisicóticos y antidepresivos. Las sicoterapias pueden ser individuales o grupales, con distintos enfoques (sicoanalítico, de orientación gestáltica, junguiana y una larga lista más). Además se incluyen las terapias de relajación y de meditación.
¿Hay acciones o actitudes que se pueden confundir con ansiedad? Los cuadros depresivos son de los principales, también el consumo de tóxicos con su respectiva etapa de abstinencia, problemas de la glándula tiroides, cuadros sicóticos, el trastorno por déficit de atención en los menores y adultos, y algunos trastornos de personalidad, primordialmente.

02 febrero 2007

Antídoto contra el miedo aprendido

Un estudio desarrollado por dos neurocientíficos de la Escuela de Medicina en Ponce ha encontrado que la corteza prelímbica del cerebro regula los miedos aprendidos en los animales.
Este descubrimiento podría ampliar las posibilidades de tratamiento a personas que padecen de trastornos de estrés postraumático y otros trastornos de ansiedad, ya que sugiere que con la manipulación de esta parte del cerebro se podrían controlar los miedos aprendidos, sin afectar aquellos reflejos innatos, necesarios para la supervivencia de cualquier organismo, explica el neurocientífico que dirige el proyecto, Gregory J. Quirk. “Estos resultados significan que se puede tratar estos desórdenes de ansiedad efectivamente y sin afectar aquellas áreas que son importantes para sobrevivir. Mucha de la gente que sufre desordenes de ansiedad, como el estrés postraumático, logran progresar y superar la condición pero hay una minoría significativa que no lo logran y siguen con el miedo. Esto podría ampliar más las posibilidades”, dice Quirk.
El científico explica que tradicionalmente el control y el procesamiento de las emociones como el miedo eran atribuidas casi exclusivamente a la amígdala cerebral. Este estudio, publicado esta semana en la revista The Journal of Neuroscience, básicamente altera esta concepción al atribuirle a la corteza prelímbica un rol importante en el control de los miedos aprendidos.
Kevin Corcoran, uno de los científicos que desarrolló el proyecto, explica que en el estudio, le enseñaron a las ratas a asociar un sonido que se prolongaba por 30 segundos con un choque eléctrico. Al día siguiente del aprendizaje, repitieron el sonido pero sin el choque eléctrico. Esto motivó que las ratas se paralizaran o “congelaran”, lo cual es una señal de miedo, durante el 70% de la prolongación del sonido. A otro grupo de ratas, a las que también se le había enseñado a asociar el sonido con el choque eléctrico, se le administró en la corteza prelímbica una pequeña dosis de la droga, Tetrodotoxin, que bloquea la actividad cerebral por un periodo corto de tiempo. Al repetir el sonido, sólo el 14% de las ratas permanecieron inmóviles. Sin embargo, el miedo innato o natural de las ratas no resultó afectado con el “bloqueo” de la corteza prelímbica, ya que prácticamente todas permanecieron inmóviles ante la presencia de un gato.
Quirk explica que este estudio, auspiciado por el Instituto Nacional de Salud Mental, se llevó a cabo en colaboración con la Universidad de Harvard. Esta institución universitaria estará encargada de corroborar estos resultados pero con humanos con trastornos de ansiedad para ver si, como se presume, la corteza prelímbica de las personas tiene exactamente el mismo rol que en las ratas.
El trastorno de ansiedad es diagnosticado cuando en una persona ésta es tan intensa que interfiere drásticamente con su calidad de vida. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, éste es el segundo motivo de consultas siquiátricas y sicológicas.

coaching barcelona
terapia de pareja

21 enero 2007

Ataque de Pánico

En un mundo de presiones, conflictos, y donde el orden social se construye en base a amenazas, esta patología se evidencia más que en otras épocas.
Las palpitaciones se vuelven escandalosas, las manos comienzan a sudar, el cuerpo tembloroso no comprende qué está sucediendo. La opresión y el ahogo no dan tregua y el corazón se ha vuelto ya una máquina sin frenos. La sensación de muerte y de estar enloqueciendo lo cubren todo, y sin embargo unos minutos más tarde, la persona habrá recobrado la calma y el alivio.
Con estos signos, el “ataque de pánico” ya ha mostrado su carta de presentación a quien, posiblemente, jamás se le haya ocurrido que podría pasarle. El primer paso que darán esta persona y su familia será recurrir a una sala de emergencias, con la angustiante sospecha de un problema cardíaco. Más tarde los estudios y chequeos dirán que todo “está normal” y por entonces, el paciente ha comenzado a deambular por distintos consultorios y especialidades médicas buscando una respuesta que sólo llegará con el tiempo y un buen diagnóstico.
El “ataque de pánico” es uno de los trastornos de ansiedad más extendido en nuestra época y afecta a un 25% de la población en algún momento de sus vidas. Recién en 1978 fue descripto con precisión por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, y tuvo que esperar hasta la década del '90 para que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo reconociera como un trastorno mental.
Si bien la frecuencia con que hoy se oye hablar de este desorden hace sospechar que se trata de un fenómeno estrictamente contemporáneo, esto no es así. “Es de suponer que el trastorno de pánico siempre existió. Sucede que los programas de educación en salud, por distintos medios, lo hicieron más conocido y, por otro lado, el actual estilo de vida ansiógeno y plagado de fenómenos estresantes seguramente incrementó su incidencia”, comenta el Dr. Alfredo Gutiérrez, dedicado desde hace más de 20 años a estudiar, comprender y tratar los trastornos de ansiedad.
Godos experimentamos ansiedades normales. El problema sobreviene cuando estas ansiedades “se basan en una valoración irreal o distorsionada de la amenaza, constituyéndose en una ansiedad patológica. Cuando es muy severa y aguda, paraliza al individuo transformándose en pánico”.
Ya en su etimología, el término alude al dios griego Pan, quien se aparecía de repente en la noche causando terror en los humanos, y oiko (casa) guarda relación con la cueva donde se suponía que moraba este dios. Es esta sensación de terror que irrumpe repetidamente la que experimenta una persona en un “ataque de pánico”, episodio que a veces dura sólo 10 minutos. Tiempo suficiente como para que alguien pierda el control y pase el resto de sus días con temor a que vuelva a sucederle, ya que no se puede anticipar cuándo va a ocurrir.
El ahogo y las exigencias del mundo moderno contribuyen sin dudas al despertar de esta patología. Sin embargo el trasfondo para explicar su aparición es más complejo e incierto. “Una de cada 30 personas presenta, a nivel cerebral, un sistema de alarma muy sensible (hipersensible) y, en algún momento de su vida y sin motivo aparente, se dispara espontáneamente (como una falsa alarma) y sin peligro exterior cierto”, explica Gutiérrez. “El estrés físico o el estrés mental reiterado que pueden estar causados por accidentes, cirugías, pérdidas emocionales o desgracias, con frecuencia suelen ser antecedentes de la primera crisis de pánico. Pero las causas neurobiológicas y genéticas tienen hoy una respuesta incompleta”, añade.
Lo cierto es que la calidad de vida de estas personas se degrada a tal punto que llegan a evitar cualquier situación en la que puedan sentirse indefensas o exponerse en sociedad por miedo a un nuevo “ataque”. A menudo suelen resignar actividades diarias y normales como ir de compras a lugares llenos de gente, manejar un vehículo y, en ciertos casos, salir de su casa. Todo conlleva a limitaciones vitales y sufrimientos. “Estas personas esperan con miedo algún desastre personal, es el llamado miedo al miedo”, aclara Gutiérrez. “Modifican conductas habituales dejando de ser quienes eran, pierden seguridad, evitan ir a los mismos lugares donde ocurrieron los ataques o donde puedan sentirse desamparados. Se aíslan socialmente y no cuentan lo que les pasa por temor a que se los juzgue”, grafica.
Por distintos motivos, la incidencia de este trastorno es mayor en mujeres que en varones; la proporción es de 1 varón por cada 3 mujeres. Se estima que esta vulnerabilidad se debe a causas orgánicas (el sistema nervioso femenino es diferente al masculino), psicosociales (la sociedad no espera lo mismo de una mujer que de un varón), y también hay razones hormonales (los cambios que sufre una mujer a lo largo de su vida la hacen más vulnerable). La ayuda profesional se torna fundamental para superar estas crisis. Los tratamientos “se orientan primero a bloquear las crisis y luego al aprendizaje del paciente para afrontarlos sin temor y así disminuir su ansiedad o miedo premonitorio”, manifiesta este especialista en la materia. “La medicación específica constituye la primera línea de bloqueo de las crisis, y el aprendizaje de habilidades cognitivas y de comportamiento para afrontarlas. Los únicos tratamientos de efectividad científica comprobados hasta el momento son la farmacoterapia específica y la terapia cognitivo-comportamental”, asegura. Esta última es una terapia psicológica muy frecuentada en Europa y Estados Unidos. A diferencia de las terapias psicoanalíticas, ésta trabaja directamente sobre las conductas para modificarlas, y ayuda al paciente a cambiar sus patrones de pensamientos, sentimientos y acciones. Se trata, en definitiva, de una terapia en la que la persona debe participar en forma activa para aprender a controlar sus síntomas.
Muchas figuras mediáticas, en distintas oportunidades, han expresado haber sufrido ataques de pánico. La actriz estadounidense Kim Basinger fue una de las tantas en hacerlo público, razón por la que aceptó protagonizar el documental "Panic" donde cuenta sus momentos de pesadilla y cómo logró superarlos. Otros personajes del espectáculo norteamericano confesaron en entrevistas que habían sufrido ataques de pánico y trastornos de ansiedad, entre ellos Nicolas Cage, Barbra Streisand y Michael Jackson. Pero quizás el más extraño de los casos ocurrió mucho antes de que este desorden se definiera como tal: el naturalista Charles Darwin habría sufrido ataques de pánico y agorafobia (miedo a los espacios abiertos). Darwin era un viajero incansable, pero un año después de su regreso de un viaje de cinco años por Sudamérica y el Pacifico, comenzó a quejarse de una "incómoda palpitación en el corazón". El "misterioso" mal lo fue debilitando y durante años, los médicos le diagnosticaron problemas nerviosos, enfermedades tropicales, envenenamiento con arsénico, agotamiento intelectual y otras enfermedades, pero nunca dieron con la palabra correcta. Si Darwin viviera, su padecer hubiera tenido nombre y apellido: trastorno de pánico.
Crisis o ataque de pánico
Ataque de pánico: aparición temporal y aislada de miedo o malestar intenso acompañado de cuatro o más de los siguientes síntomas, que se inician bruscamente y alcanzan su máxima expresión dentro de los primeros 10 minutos:
Síntomas somáticos
-Palpitaciones o taquicardia
-Sudoración
-Temblores o sacudidas
-Sensación de ahogo
-Sensación de atragantamiento
-Opresión o malestar toráxico
-Náuseas o molestias abdominales
-Inestabilidad, mareos o sensación de desmayo
-Parestesias (hormigueos)
-Escalofríos o sofocaciones
Síntomas cognitivos
-Desrealización o despersonalización
-Miedo a volverse loco o descontrolarse
-Miedo a morir