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28 marzo 2008

El matrimonio no es la llave de la felicidad

Los casados no son más felices ni experimentan menos ansiedad que los solteros. El pensamiento reacciona de manera poderosa ante acontecimientos como el matrimonio aunque vuelve al “punto de partida de la felicidad” después de un cierto periodo de tiempo.
By: Anne Becker

Atención a todas las víctimas de los cuentos de hadas: estar casado no es necesariamente la llave para alcanzar la “eterna bendición”. La mayoría de las personas no hallaron una mayor satisfacción en sus vidas después de contraer matrimonio en comparación a la que sentían antes, según un estudio publicado en el Journal of Personality and Social Psychology.
El estudio, que medía niveles de satisfacción de vida en más de 24.000 individuos con residencia en Alemania, incidió en cómo las personas se adaptan a los acontecimientos positivos y negativos, según el autor Ed Diener, profesor de psicología en la Universidad de Illinois. Los resultados demostraron que aunque las personas reaccionan de una forma significativa a acontecimientos como el matrimonio, vuelven a su punto de partida de felicidad personal, después de un cierto periodo de tiempo.
"Algunas personas son más felices que otras, eso está claro y hay cosas que uno puede hacer para sentirse más feliz, pero algunos signos externos como el estar casado no es un camino real que modifique esos signos”, dice Diener.
Los autores del estudio denominan a ese proceso de vuelta al punto de partida “nivel hedonista” debido a sus efectos equilibrantes sobre los niveles de felicidad de cada uno. “Si se experimenta un nivel superior de felicidad, existen fuerzas que harán retroceder a un nivel promedio [de felicidad]," explica Diener. "Las personas tienden a experimentar un tope de felicidad de modo esporádico, aunque, por supuesto, no todo el tiempo”.
Los resultados del estudio, por ejemplo, demostraron puntas de los niveles de respuesta antes y después del matrimonio, aunque el incremento fue mínimo –aproximadamente una décima de punto en una escala de once—seguido de un retorno del nivel de felicidad similar al que se experimentaba con anterioridad.
“Un punto positivo es que cuando al individuo le ocurre algo malo, si bien reacciona negativamente, se recupera con el tiempo”, dice Diener. El estudio demostró que después de cinco años, incluso los viudos y viudas volvieron a sus niveles de felicidad acostumbrados antes de la defunción de sus cónyuges.

Fuente: Psyched for Success
Última revisión: Enero 2008

17 marzo 2008

Ansiedad, personalidad y sentido del humor

¿Le gusta explicar chistes?, ¿es usted un bromista?, ¿prefiere emplear la ironía? La forma en que manifiesta su sentido del humor puede indicar cómo se relaciona con los demás y con usted mismo.
El sentido del humor es un valor añadido al mostrar una personalidad. Lo admiramos en los demás y estamos orgullosos de hacer gala del nuestro, quizá más que una buena apariencia o inteligencia. Si alguien demuestra un buen sentido del humor, razonamos que es feliz, seguro socialmente y tiene una buena perspectiva de la vida, controlando así su ansiedad.
Esta actitud hubiese sorprendido a los antiguos griegos quienes opinaban que el humor era esencialmente agresivo. En realidad, nuestra admiración por el talento en la comedia es relativamente reciente, y no excesivamente bien fundada, dice Rod Martin, psicólogo en la Universidad del Oeste de Ontario quien estudia la forma en que la gente utiliza su sentido del humor. Sus investigaciones muestran que ser gracioso no es necesariamente un indicador de unas buenas habilidades sociales ni de bienestar o control de la ansiedad—también puede señalar un defecto en la personalidad.
Advierte que el humor satírico es un arma de doble filo. Puede favorecer las relaciones y ayudar a afrontar la vida o puede ser corrosivo, desgastar la autoestima o incluso crear antagonismos. “Es una forma de comunicación y todos lo utilizamos de forma distinta”, dice Martin.
Utilizamos vinculaciones humorísticas para mejorar nuestras conexiones sociales, pero también manejarlas como una forma de excluir o rehusar. Del mismo modo, utilizar el humor puede ser en ocasiones una forma de adaptarse buscando una respuesta saludable: Los empleados que sufren las consecuencias de las acciones de un jefe tirano, pueden a menudo hacer más soportable sus horas de oficina ridiculizando secretamente al motivador de su rencor.
Aunque el humor es esencialmente social, la forma de utilizarlo dice mucho sobre el sentido en sí mismo. Los que lo usan como autodefensa, haciendo burla de ellos mismos para diversión de los demás, tienden a mantener esa hostilidad hacia ellos mismos incluso cuando están solos. De forma similar, aquellos que son capaces de ver el mundo con una tolerancia divertida suelen perdonar sus propios fallos.
Humor satírico
Este tipo de humor agresivo se utiliza para criticar y manipular a los demás mediante la ironía, el sarcasmo y el ridículo. Cuando se utiliza hacia los políticos suele producir hilaridad y en su mayoría no es dañino. Pero en el mundo real puede tener un impacto punzante. Ese humor, como contar a un amigo una historia embarazosa de otro amigo, es una forma aceptada socialmente de desplegar agresión y hacer que los otros tengan una mala apariencia mientras uno conserva la suya.
El bromista destructivo a menudo vuelve sus ironías hacia una “tomadura de pelo” como defensa, permitiendo así al agresor evitar responsabilidades. Martin no ha descubierto evidencia alguna de que aquellos que confían en este tipo de humor estén menos ajustados que los demás, aunque sí pagan un peaje en cuanto a mantener relaciones personales.
Humor vinculante
La persona que utiliza ese tipo de humor se complace en decir cosas graciosas, cuenta chistes, bromea con situaciones graciosas y generalmente hace que en su entorno haya buen ambiente. Estas son las personas que dan buen nombre al humor. Se percibe como una persona cálida, amable, capaz para reducir la tensión en situaciones no demasiado agradables y de reírse de sus propios errores.
Los comediantes hacen suya la audiencia compartiendo el humor blanco en el que se implica la vida cotidiana. Su mensaje básico: Nos sentimos vinculados al encontrar caricaturizadas las mismas cosas en los mismos entornos. Después de todo, un sentimiento de inclusión puede hacerse más dulce mediante el conocimiento de que alguien más forma parte de él.
Por: Louise Dobson
Vía: Psychology Today Magazine, Jul/Aug 2006
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07 marzo 2008

Comer una manzana diaria...

Se ha demostrado que la ingestión diaria de una manzana ayuda a luchar contra la disminución cognitiva asociada a la edad y al trastorno neurodegenerativo como puede ser el Alzheimer y el Parkinson.

Según reza un proverbio inglés “An apple a day keeps the doctor away” (comer diariamente una manzana, mantiene alejado al médico). Pero no únicamente al médico, sino también al neurólogo, ya que el hacerlo puede ayudar a evitar la disminución cognitiva asociada a la edad y a los procesos neurovegetativos como en el Alzheimer y en el Parkinson.
El nutricionista e investigador Chang Y. Lee observó que existe un nutriente en las manzanas que protegía de daños a las células cerebrales de las ratas. El nutriente, un antioxidante que se denomina quercetina, proporciona incluso más protección que la Vitamina C, popularmente conocido por su eficacia en la lucha contra los trastornos neurovegetativos y ansiosos en los humanos.
La quercetina pertenece al grupo de sustancias que hoy en día están siendo más investigadas: los flavonoides, cuyos componentes químicos dan a las plantas su color. La mayoría de los flavonoides, así como ciertas vitaminas y minerales, son antioxidantes potentes que neutralizan los radicales libres dañinos del oxígeno, producidos cuando las células queman oxígeno para liberar energía. De no hacerse, los radicales libres originan un daño acumulativo en las células que puede derivar en cáncer o, en el caso de las células cerebrales, Alzheimer, Parkinson u otra disminución mental relativa a la edad.
"La quercetina tiene la actividad antioxidante más alta comparada con otros flavonoides y la Vitamina C," dice Lee. Su trabajo ha demostrado que no sólo la quercetina ayuda a las células cerebrales, sino que también puede atacar a las células cancerosas. En su laboratorio, la quercetina bloqueó algunas de las vías por las que los tumores se expanden y, una vez más, la quercetina superó a la Vitamina C.
Si bien las manzanas son la fuente primaria de la quercetina, el mismo flavonoide se localiza en las cebollas, el té y los arándanos.
Otras investgaciones sugieren que la quercitina puede tener una variedad de beneficios colaterales en combinación con otros nutrientes. Un estudio de Dutch dio como resultado que el consumo de té negro, que contiene una variedad de flavonoides además de quercitina, reduce el riesgo de las enfermedades cardíacas, así como un estudio de Finnish demostró que las personas que comen muchas manzanas tienen un riesgo más bajo de padecer ataques que las que comen menos.
Las sustancias que protegen el corazón y su circulación suelen proteger también al cerebro. El común denominador es la red de vasos sanguíneos tan crucial para todos los órganos. El daño en los vasos sanguíneos del cerebro puede afectar a la comunicación entre las células nerviosas que subyace en todas las actividades mentales y en los trastornos ansiosos.
Lee no puede asegurar todavía si la quercetina puede detener la neurodegeración en las personas. Se necesitan pruebas o estudios clínicos sobre gran cantidad de población para ver si los resultados de laboratorio así lo aseveran.
Entretanto, Lee recomienda vivamente el consumo de manzanas para todos. Dado el beneficio potencial de la quercitina, más otros nutrientes que contienen, sugiere que las personas añadan una manzana a las frutas y vegetales que consumen a diario.
"Una manzana diaria proporciona una cantidad significativa de quercitina y flavonoides," asegura. La cantidad exacta de quercitina de una manzana varía dependiendo del año, estación y la región en la que ha sido recolectada, pero todas las manzanas en sus diferentes variedades contienen gran cantidad.
Lee indica también que la quercitina reside básicamente en la piel de la fruta. “Los alimentos procesados suelen perder sus componentes activos”, añade.
Por: Lauren Aaronson
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