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30 noviembre 2007

¿Cómo crear una lista de cosas para hacer?

Muchos días parecen traernos un aluvión de tareas y responsabilidades, las cuales, en apariencia, debemos asumir dándoles solución cuanto antes. Uno se pasa el día “apagando fuegos”, pero quizá al finalizarlo no se ha conseguido resolver casi ninguna de las cosas importantes que nos habíamos marcado. El resultado: se acrecienta nuestra ansiedad.
En el colmo de la desesperación, planea efectuar una lista de objetivos--aunque la mayoría de los días sólo puede hacer algunos progresos y cuando uno se atreve a mirar la lista cada mañana, una gran nube negra suele situarse justo encima de nosotros—esas tareas difíciles, complejas e importantes tan cruciales y que deben hacerse y, por otro lado, tan fáciles de evitar.
La mayoría de nosotros creamos una lista de cosas para hacer con la intención de evitar que los sentimientos que nos provocan nos sobrepasen, aunque raramente solemos utilizar las herramientas a nuestro alcance para obtener los mejores resultados. Al contrario, los asuntos empiezan a dar vueltas en nuestras cabezas provocando culpa por el hecho de sentirnos saturados y de que perdemos el control de nuestras prioridades.
¿Existe una forma mejor de confeccionar una lista sobre las tareas a hacer? Los expertos dicen que sí, aunque hay una forma correcta y una incorrecta de hacerlo.
De acuerdo con el investigador Timothy Pychyl, Ph.D., profesor de psicología en la Universidad de Carleton en Ottawa, Canada, “las personas acostumbran a realizar una lista de sus tareas más importantes—durmiéndose luego en sus laureles. La lista se convierte en los logros del día que nos permita sentir que hemos hecho algo útil, sin que ello represente un trabajo real para nosotros”.
La verdad es que confeccionar una lista se convierte en una forma de evitar el trabajo en sí mismo. “Demasiado a menudo, la lista en sí se contempla como un “logro” del día, reduciendo de forma inmediata la culpa que proporciona la sensación de trabajar realmente en las tareas, invirtiendo nuestras energías en la lista”, dice Pychyl. "Cuando se utiliza una lista para tal fin, es simplemente una forma de mentirnos a nosotros mismos”.
Es un ejemplo de lo que ha venido a denominarse “campo de evitación”: nos preparamos para actuar, nos fijamos objetivos para conseguir hacerlo, pero en realidad no lo ponemos en práctica. En su lugar, perdemos el tiempo en sentirnos muy mal, limitándonos a trazar círculos sobre los proyectos, una y otra vez.
Para muchas personas, la lista es utilizada para atender la gran cantidad de pequeños detalles que requieren especial atención. El hecho de sumergirse a sí mismo en tareas complicadas es una forma efectiva de evitar las tareas más importantes y desafiantes. Pychyl dice que estas actitudes suelen perderse en actividades de baja prioridad, activando las que se hallan en segundo o tercer nivel, en lugar de afrontar las cosas que realmente se necesitan.
• Para hacer más fácil el inicio de tareas de mayor dificultad, los expertos sugieren dividirla en pequeñas partes compuestas de actividades específicas y tangibles. Las investigaciones han demostrado que las tareas que no tienen un plan o estructura de acción obvias son las más difíciles de afrontar.
• Relacione acciones especificas, así como objetivos a alcanzar. Quizá su lista tenga una apariencia más larga de esta forma pero, paradójicamente, será para usted una herramienta más fácil de manejar.
• Haga un diagrama. Este tipo de lista le indicará o ayudará a programar “cuándo iniciar y cuándo acabar la tarea”, dice el psicólogo y consultor Neil Fiore, autor de The Now Habit. " Usted crea una visión global y actúa como lo haría un director de proyectos, con lo cual es menos probable que se agobie o distraiga por tareas de baja prioridad o momentáneas”.
• “Cada tema de la lista debería tener asignada una determinada importancia”, comenta. Otra forma de motivarse a usted mismo podría ser mediante la programación de tareas de forma alternativa: pasar una hora en un asunto de prioridad uno y luego premiarse haciendo algo más sencillo y de inferior importancia durante los siguientes 30 minutos.
• Las listas ayudan a mantener el impulso. Si está trabajando en una importante pero difícil tarea y aparece un pensamiento que interesa a una responsabilidad distinta, apúntelo y vuelva sobre el mismo al cabo de una media hora más o menos, después de trabajar en el primer proyecto.
• Fiore comenta también que el esfuerzo de realizar una lista le obliga a ser realista sobre la cantidad de tiempo de que dispone y a tomar algunas decisiones sobre prioridades. “Quizá no pueda hacerlo todo”, dice, “pero se podrá concentrar en la mejor forma de invertir su tiempo, en relación con sus prioridades mediante una óptica de sus limitaciones”.
Por: Kathleen McGowan

19 noviembre 2007

Diabetes y ansiedad

Científicos americanos han encontrado a través de sus investigaciones que los pacientes diabéticos con niveles altos de depresión, ansiedad y estrés tuvieron una mayor dificultad en hacer bajar su nivel de azúcar en sangre.

Un equipo del Medical College de Ohio estudió 18 adultos con diabetes insulina dependientes. La mitad de los participantes recibieron cuidados médicos y diariamente se les revisaba sus niveles de azúcar. La otra mitad aprendieron también técnicas de relajación en 12 sesiones de 45 minutos y se les invitó a practicarlas dos veces al día en sus respectivos hogares.
Los resultados fueron insertados en la revista Psychophysiology & Biofeedback.
Cuatro semanas después de finalizar el tratamiento, los investigadores se vieron sorprendidos al no encontrar diferencias significativas en los niveles de azúcar entre aquellos que habían seguido terapias de relajación y los que no.
Sin embargo, al efectuar una más profunda aproximación al estudio constataron que las técnicas de relajación beneficiaron a los pacientes que no sufrían depresión o ansiedad. Entre los 12 pacientes que no estaban deprimidos, aquellos que practicaron técnicas de relajación bajaron sus niveles de azúcar en sangre sobre un 9%, sin cambios en los restantes.
De forma similar, entre los nueve pacientes que no padecían ansiedad, los que practicaron las técnicas de relajación redujeron sus niveles de azúcar en sangre alrededor de un 12%, sin cambios en los restantes.
Otros investigadores han constatado que el tratamiento con terapia cognitiva-conductual o antidepresivos inhibidores de la recaptación de serotonina pueden mejorar y controlar el nivel de azúcar en sangre de los diabéticos con depresión.
Los científicos planean ahora estudiar los beneficios de añadir terapia cognitiva-conductual o antidepresivos a la terapia de relajación en el tratamiento de los diabéticos.

Un portavoz de la Asociación Británica de Diabéticos, indicó: “Cualquier alteración ya sea por estrés, emocional o física puede hacer elevar los niveles de glucosa en la sangre. Las técnicas de relajación como masajes o yoga pueden ayudar a reducir el estrés y como resultado ayudar a reducir dichos niveles. La Asociación recomienda que las personas que sufran diabetes y que estén considerando la posibilidad de realizar actividades tendentes a conseguir una mayor relajación, deberían consultar siempre con su doctor para que les aconseje la mejor para cada caso”.

15 noviembre 2007

¿Es la amistad verdadera un fenómeno a extinguirse?

Un reciente estudio muestra que la mayoría de los americanos admiten haber disminuido su círculo social, indicando además que no encuentran a nadie a quien contar sus problemas aumentando así su ansiedad.
El estudio, dirigido por sociólogos de la Universidad de Duke y la Universidad de Arizona,analizaron datos recogidos del General Social Survey desde 1985 hasta el 2004 sobre amistades entre americanos.
"La evidencia demuestra que los americanos tienen muy pocos confidentes y que los más allegados suelen formar parte del vínculo familiar", dijo el autor del estudio Lynn Smith-Lovin, profesor de sociología de la Universidad de Duke.

"Este cambio indica algo que no es bueno para la sociedad. Los lazos afectivos que unen a las personas contribuyen a crear una red segura y también compromisos cívicos y acciones políticas", añadió.

Los resultados, publicados en la revista American Sociological Review, puntualizan que la mayoría de americanos tienen ahora un promedio de dos personas con quien hablar de sus problemas --en comparación con tres personas en 1985. El 25% de las personas dijeron que no tenían a nadie en quien poder confiar.

Los datos también muestran que las amistades fuera de la familia están decreciendo, aumentando las que se encuentran en del seno familiar, formando como una "red homogénea, densamente conectada y cerrada, empequeñeciéndose y haciéndose más fuertemente interconectada y dirigida hacia los límites del núcleo familiar", indicó el autor.

El estudio también señala que:
• Los americanos blancos y con estudios tienden a ser los menos socialmente aislados.
• El 15% de los americanos tienen amigos íntimos con al menos una persona de otra raza, en comparación con el sólo 9% del último estudio realizado.
• Aproximadamente el 80% de las personas suelen hablar de sus problemas con los miembros de su familia y el 9% dicen realizar confidencias con su esposa.

"Nos sorprende ver este gran cambio. Somos prudentes --quizá escépticos-- sobre su intensidad. No es común ver cambios sociales de esta magnitud que no estén ligados a algún tipo de variación demográfica de la población”, comenta el investigador Miller McPherson, profesor de sociología en las Universidades de Duke y Arizona.

"Aunque este cambio estuviese de alguna forma exagerado, confiamos en que exista una tendencia a disminuir y las redes sociales más cerradas estén sólo centradas en matrimonios y parejas”, dice McPherson”.

Diana Kohnle
Via HealthDay News --

07 noviembre 2007

Emociones de cara al público

"Cada vez que una persona se ve forzada a reprimir sus sentimientos verdaderos, repercute en consecuencias negativas para su salud", asegura el Professor Dieter Zapf, investigador de las emociones y ansiedad humanas.

“Se planteó un curioso experimento, en el cual se juntó un grupo de personas en una sala simulando un centro de atención de llamadas. El grupo se dividió en dos partes, una que estaba autorizada para contestar libremente a los clientes y otra que tenía prohibido la contestación libre, y debía mostrarse siempre alegre y servicial. De la experiencia, se sacó en claro que aquellas personas que podían "contestar con libertad" mostraban aceleraciones cardiacas breves, después de colgar el teléfono; pero para quienes se tenían que mostrar amables, el “mosqueo” (es decir, aceleración cardiaca), se prolongaba en el tiempo”.

“Yo, particularmente, no entiendo que esto se pueda considerar algo nuevo. ¿Acaso no sabemos todos lo a gusto que nos quedamos al decir las verdades a la cara? Por lo que a mí se refiere, me quedo más ancho que largo, ¿o no es cierto?”

“No reservarse las emociones para uno mismo, no reprimir los sentimientos y, claro, decir la verdad, parecen ser la clave para conseguir llevar una vida con mejores condiciones de salud. Lo que yo creo es que esa es una de las causas que te pueden llevar a disfrutar de una mejor calidad de vida, experimentar menos estrés y evitar el caer en una depresión”.

“Investigadores alemanes aseguran que aparentar pasarlo bien en el trabajo es causa segura de enfermedad. Ese humor alemán... A lo que sin duda se refieren, en tono más serio, es que la gente que se dedica a trabajos de cara al público corren mayores riesgos de caer enfermos por estos motivos, ya que es sabido que, de cara al público, todo son buenas maneras y caras felices, aunque el propio público sea un verdadero depredador psicológico”.