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07 noviembre 2007

Emociones de cara al público

"Cada vez que una persona se ve forzada a reprimir sus sentimientos verdaderos, repercute en consecuencias negativas para su salud", asegura el Professor Dieter Zapf, investigador de las emociones y ansiedad humanas.

“Se planteó un curioso experimento, en el cual se juntó un grupo de personas en una sala simulando un centro de atención de llamadas. El grupo se dividió en dos partes, una que estaba autorizada para contestar libremente a los clientes y otra que tenía prohibido la contestación libre, y debía mostrarse siempre alegre y servicial. De la experiencia, se sacó en claro que aquellas personas que podían "contestar con libertad" mostraban aceleraciones cardiacas breves, después de colgar el teléfono; pero para quienes se tenían que mostrar amables, el “mosqueo” (es decir, aceleración cardiaca), se prolongaba en el tiempo”.

“Yo, particularmente, no entiendo que esto se pueda considerar algo nuevo. ¿Acaso no sabemos todos lo a gusto que nos quedamos al decir las verdades a la cara? Por lo que a mí se refiere, me quedo más ancho que largo, ¿o no es cierto?”

“No reservarse las emociones para uno mismo, no reprimir los sentimientos y, claro, decir la verdad, parecen ser la clave para conseguir llevar una vida con mejores condiciones de salud. Lo que yo creo es que esa es una de las causas que te pueden llevar a disfrutar de una mejor calidad de vida, experimentar menos estrés y evitar el caer en una depresión”.

“Investigadores alemanes aseguran que aparentar pasarlo bien en el trabajo es causa segura de enfermedad. Ese humor alemán... A lo que sin duda se refieren, en tono más serio, es que la gente que se dedica a trabajos de cara al público corren mayores riesgos de caer enfermos por estos motivos, ya que es sabido que, de cara al público, todo son buenas maneras y caras felices, aunque el propio público sea un verdadero depredador psicológico”.

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