Lamentablemente, las fuerzas que producen un psicópata son todavía oscuras y debe admitirse que la búsqueda de respuestas sencillas pueden quedar insatisfechas. No obstante, existen algunas teorías sobre los casos de psicopatía que vale la pena considerar. En una parte del espectro hay teorías que ven al psicópata como un producto genético o de factores biológicos (carácter), mientras que otros lo ven como procedente de un entorno social defectuoso en edades tempranas (crianza).
Mi posición es la de que la psicopatía emerge de una compleja—y poco entendida—interrelación entre factores biológicos y fuerzas sociales. Se basa en la evidencia de que los factores genéticos contribuyen a las bases biológicas de la función cerebral y a la estructura básica de la personalidad que influencia el modo en que el individuo responde e interactúa con experiencias vivenciales y el entorno social. En efecto, los elementos centrales que se necesitan para el desarrollo de la psicopatía—incluyendo una profunda incapacidad para experimentar empatía y la completa lista de emociones incluyendo el miedo—son en parte suministrados por la naturaleza y posiblemente por algunas influencias biológicas desconocidas en el desarrollo del feto y el período prenatal. Como resultado, la capacidad para desarrollar controles internos y conscientes y para hacer “conexiones” emocionales con otros se ven drásticamente reducidas.
¿Qué puede hacerse?
En su desesperada búsqueda de soluciones, la gente suele quedar atrapada en un intento destructivo y desesperanzado en la relación con un psicópata: Aparte a un lado su indulgencia y aconséjele terapia. Una norma básica de la psicoterapia es la de que el paciente necesita y desea ayuda para solventar problemas psicológicos y emocionales que le están haciendo daño. Para que la terapia tenga éxito se requiere que el paciente participe activamente, junto con el terapeuta, en la búsqueda de la reducción de sus síntomas. En resumen, el paciente debe reconocer que tiene un problema y desear hacer algo al respecto.
Pero, he aquí el problema: los psicópatas no creen tener problemas psicológicos o emocionales y, por tanto, no ven la razón de cambiar su comportamiento para adecuarlos a los estándares de la sociedad con los que no están de acuerdo.
Eso, a pesar de un siglo de estudios clínicos y décadas de investigación todavía persiste. Recientes hallazgos nos han suministrado nuevas perspectivas sobre la naturaleza del trastorno y nuevos límites más definidos. Aunque comparados con otros trastornos graves, poca investigación se ha desarrollado en cuanto a la psicopatía, aunque es responsable de una perturbación social mucho mayor que otros desordenes psiquiátricos juntos.
Por lo que más que intentar colocar bien las piezas después de que el daño haya sido hecho, sería mejor incrementar nuestros esfuerzos en entender ese peculiar trastorno y encontrar métodos efectivos para aplicarlo de modo preventivo. Las alternativas consisten en seguir aplicando recursos masivos a la persecución, aislamiento y supervisión de los psicópatas después de que hayan cometido ofensas contra la sociedad y continuar ignorando el sufrimiento, ansiedad y perjuicio de sus víctimas. Debemos aprender cómo socializarlos, no lo contrario. Eso, requerirá grandes esfuerzos en investigación y prevención y es imperativo que sigamos averiguando posibles pistas.
Una guía de supervivencia
Aunque nadie está inmune de padecer las maquinaciones del psicópata y el trastorno y ansiedad que pueden producir, existen algunas técnicas que se pueden hacer para reducir nuestra vulnerabilidad.
• Sepa con quién está tratando. Eso suena fácil pero en realidad no lo es. Todas las lecturas que se han publicado no pueden inmunizar contra los efectos devastadores del psicópata. Todos, incluidos los expertos, pueden caer en sus redes, subyugados y luego abandonados por ellos. Un buen psicópata puede tocar un concierto con las cuerdas del corazón de cualquiera.
• Trate de no influenciarse por el “primer impacto”. Es difícil no dejarse ganar por una sonrisa envolvente, un lenguaje corporal cautivador, el habla rápida del psicópata típico lo cual nos ciega no dejándonos ver sus intenciones reales. Muchas personas encuentran difícil tratar con la “necesidad predatoria” del psicópata, fruto todo ello de un preludio a la propia gratificación y el ejercicio del poder más que el simple interés o el deseo de empatía.
• Entre en las nuevas relaciones con los ojos abiertos. Mantenga su guardia alta en evitación de situaciones de riesgo. Algunas situaciones están casi cortadas a la medida para los psicópatas: bares para solteros, cruceros, aeropuertos, etc. En cada caso la víctima potencial va sola, buscando pasar un buen rato o una relación…
• Conózcase a usted mismo. Los psicópatas son hábiles en detectar y explotar los puntos débiles. Su mejor defensa es saber cuáles son esos puntos y ser extremadamente prudente en quienes pretendan incidir en ellos.
Si lo necesita, busque ayuda:
• Obtenga consejo profesional. Asegúrese de que el profesional consultado está especializado en las características del psicópata y tiene la suficiente experiencia en el trato con ellos.
• No se culpe a sí mismo. Sea cual sea el motivo por el que se ha visto envuelto con un psicópata es importante que no acepte la culta por su actitud y comportamiento. Los psicópatas juegan las mismas reglas—sus reglas—con todos.
• Tenga cuidado en quien es la víctima. Los psicópatas a menudo dan la impresión de que son ellos los que están sufriendo. No gaste s empatía en ellos.
• No se sienta solo. La mayoría de los psicópatas tienen muchísimas víctimas. Lo cierto es que el psicópata que le ha causado un estado tan ansioso, lo ha causado también a otros.
• Tenga cuidado con la lucha de poder. Tenga presente que los psicópatas tienen una necesidad muy potente de control psicológico y físico sobre los demás. Ello no significa que no debe hacer valer sus derechos, pero seguramente será muy difícil hacerlo sin con ello arriesgar caer en traumas físicos y emocionales.
• Fije sus propias reglas. Aunque la lucha de poder es arriesgada, puede fijar algunas de ellas—para usted mismo y para el psicópata—para facilitar su vida y empezar la difícil transición de víctima a persona que cuida de sí misma.
• No espere cambios espectaculares. Piense que la personalidad de los psicópatas se podría decir que está “grabada en piedra”. Es poco probable que todo lo que haga produzca cambios fundamentales en la forma en que se ven a ellos mismos y a los demás.
• Deje ya de perder. La mayoría de las víctimas de los psicópatas terminan sintiéndose confundidos y desesperanzados además de convencidos de que son los culpables del problema. Cuanto más de mayor será el insaciable apetito de control y poder del psicópata.
• Asegúrese de tener todo el apoyo emocional que necesite y el consejo de un profesional.
Fin segunda parte
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1 comentario:
Hola, espero estes bien , yo fui victima de un psicopata, fue mi pareja, me dejo destruida totalmente, pienso que soy la peor de todas con las que ha estado, pues a mi no me dejo ni un alfiler mientras que a las otras casa por lo emnos, auqnue tambien als dejo locas.- tengo un hijo con el y no se preocupa ne lo mas minimo, digame q hacer?? segun los expertos no debo busacrlo ni llamarlo pero es un impulso
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