Dormir es una buena forma de disfrutar de mejor memoria
La privación del sueño abunda durante las épocas de exámenes en la universidad donde imparto clases. Los estudiantes suelen parecer zombis acarreando latas de bebidas energizantes que beben entre bostezo y bostezo. Si tienes suerte te miran en clase luciendo unos lamentables y ausentes ojos rojos. En el peor de los casos, sus ojos permanecen cerrados o ni aparecen por clase. Los exámenes finales están ahí a la vuelta de unos días y me pregunto cómo algunas de esas pobres almas podrán resistir tres horas de examen sin caer dormidos. ¿Por qué será que cuando más necesario es dormir es cuando menos lo hacemos?
Los participantes de una maratón nunca dejarían de comer antes de iniciar una carrera ya que es el momento en que necesitan más reservas de energía, ese es pues el equivalente de lo que la mayoría de nosotros hacemos si cortamos nuestro ritmo de sueño deliveradamente al tener una gran prueba delante de nosotros. Todos sabemos lo beneficioso que puede llegar a ser un buen sueño reparador, uno se siente con mayor energía, se goza de un mejor carácter y se puede pensar con mayor celeridad y claridad, llevándonos a una mejor ejecución ya sea en el terreno laboral o incluso en el doméstico.
Recientes estudios han demostrado que no solo aprendemos mejor la información que nos llega cuando no nos privamos de dormir, sino que un buen sueño estabiliza también nuestras recuerdos más recientes haciendo que sea más difícil olvidarlos y evitando interferencias. Los recuerdos pueden reactivarse y reorganizarse mientras dormimos, permitiéndonos así ser más efectivos en cuanto a aprendizaje y a recordar los acontecimientos.
Argumenté estos descubrimientos con mis estudiantes creyendo que se apresurarían hacia sus dormitorios a dormir, pero la realidad fue que uno de ellos me contestó dudoso “Si tenemos muchas materias para estudiar, no sería mejor que empleásemos el tiempo en dedicarnos a ellas en lugar de dormir toda la noche?” Tuve que admitir que tenían un punto de razón, si debes terminar un trabajo en ocasiones es preferible hacerlo en un estado de privación de sueño que dejarlo abandonado a su suerte.
El resto del tiempo (por fortuna es la mayoría) deberíamos poner más énfasis en conseguir una buena noche de sueño.
En efecto, además de atesorar y preservar nuestros memoria, el dormir nos proporciona un mayor sentido de identidad y propósito en la vida, por lo que deberíamos poner todo de nuestra parte en lograrlo. Quizás con mejores y más eficientes recuerdos, podremos evitar emplear tanto tiempo en realizar nuestro trabajo.
Por la Doctora Nicole Dudukovic.
Psychology Today
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