Los relatos que usted encontrará aquí provienen de dos personas de la vida real que padecen lo que los médicos llaman trastornos de ansiedad. Si usted ha tenido experiencias similares, es posible que padezca un problema parecido. Miles de personas sufren de uno o de varios tipos comunes de trastornos de ansiedad. Billy y Marie son sólo dos ejemplos. Sin hablar de cuáles son sus síntomas exactos, es importante comprender una sola cosa. Los transtornos de ansiedad pueden ser tratados de manera eficaz.
¿Qué son los transtornos de ansiedad?
Todos tenemos miedo o nos preocupamos de vez en cuando. De hecho, muchos de nosotros estamos preocupados la mayor parte del tiempo: sobre el crimen, el dinero, los empleos, los hijos, los padres y las enfermedades, entre otras muchas preocupaciones. Sin cierto grado de ansiedad, no lograríamos hacer nada. Por ejemplo, si usted no le preocupara conservar su empleo, probablemente no trabajaría lo suficiente. Preocuparse puede ser útil. Pero en algún momento, algunos de nosotros cruzamos la frontera hacia un trastorno de ansiedad. Los médicos consideran que los trastornos de ansiedad son exageraciones de los temores normales. Los trastornos de ansiedad adquieren diferentes formas. Algunas personas se preocupan constantemente; no pueden concentrarse porque no pueden dejar de pensar en una preocupación particular. Pero esa preocupación se vuelve desproporcionada. Por ejemplo, una persona podría estar casi llorando al preocuparse por la seguridad de su hijo aun cuando supiera que el niño se encuentra seguro en casa. Otras personas, como Bill, experimentan síntomas que les hacen pensar que están sufriendo un ataque cardiaco. Algunas, como Marie, experimentan ataques de pánico.
Sin embargo, pese a que quienes padecen trastornos de ansiedad a menudo refieren síntomas diferentes, tienen una cosa en común: Sus temores son desproporcionados en relación con lo que ocurre realmente en su vida. Sus preocupaciones cobran vida propia. Como Marie dijo: No se aproximaban al tren; sólo se sentía así.
¿Cuál es la causa de los trastornos de ansiedad?
Los científicos no saben por qué algunas personas padecen trastornos de ansiedad. Es probable que la herencia desempeñe un roll, y, de hecho, Bill y Marie son parientes cercanos. Aunque Bill tenía dificultades en su trabajo y en su hogar cuando su problema comenzó, había pasado por momentos más difíciles sin experimentar síntomas de un trastorno de ansiedad ni síntomas físicos molestos.
Cuando surgieron los problemas de Marie, ella estaba decidiendo terminar la relación con su novio, mudarse de casa de sus padres y empezar a asistir a la Universidad. Pero, del mismo modo que Bill, había pasado por momentos difíciles sin problemas. Bill y Marie se sentían frustrados porque sabían que sus problemas no eran realmente tan serios. Entonces, ¿de dónde provenía toda esa ansiedad?
Parece ser que la alarma contra el miedo es demasiado activa en las personas que sufren de trastornos de ansiedad. Esto no significa que su carácter sea débil o que exista un problema de personalidad. La mayoría de las personas que sufren de trastornos de ansiedad están bien adaptadas y son productivas. Sólo que de vez en cuando— algunas partes de su cerebro comienzan a jugarles bromas pesadas. Nadie sabe a qué se debe esto.
¿Cómo puedo sobrellevar esto?
Los trastornos de ansiedad pueden ser tratados. Esto no significa que usted no volverá a tener problemas con la ansiedad, pero puede aprender a controlar los síntomas. En caso necesario, su médico le recomendará algunos medicamentos para ayudarlo hasta que sea capaz de controlar los síntomas por sí mismo. Lo que hay que recordar es que los médicos y los psicoterapeutas tienen mucha experiencia en el tratamiento de los trastornos de ansiedad. Con la ayuda correcta, usted obtendrá alivio de sus síntomas.
Por ahora, lo mejor que puede hacer por usted es aprender todo lo posible acerca de los trastornos de ansiedad.
"Durante el día, todo lo que hacía era preocuparme. Estaba sometido a estrés en el trabajo y en casa, pero mis preocupaciones eran desproporcionadas en relación con lo que realmente ocurría. Todo empeoraba cuando me acostaba en las noches. Mi corazón se aceleraba y comenzaba a latir fuertemente, y —cuanto más me asustaba-- los latidos empeoraban. En varias ocasiones estuve a punto de pedirle a mi esposa que llamara a una ambulancia porque tenía certeza de que moriría en cualquier momento. Finalmente me quedaba dormido, pero a la mañana siguiente me sentía exhausto". Bill, 36 años de edad
"Estaba tan asustada por los ataques de pánico que deseaba huir de mí misma. Sin razón alguna, me sentía aterrorizada súbitamente, como usted se sentiría si estuviera atado a la vía del tren y éste se aproximara a usted. Pero no había tren ni motivo para estar asustada. Al principio sólo me molestaban los ataques, pero luego comencé a sentirme mal la mayor parte del tiempo. De alguna manera, no me sentía real, y no podía concentrarme en nada. Me sentía tan mal que era difícil imaginarme que nadie a mí alrededor notaría, algo diferente." Marie, 25 años de edad
"Estaba tan asustada por los ataques de pánico que deseaba huir de mí misma. Sin razón alguna, me sentía aterrorizada súbitamente, como usted se sentiría si estuviera atado a la vía del tren y éste se aproximara a usted. Pero no había tren ni motivo para estar asustada. Al principio sólo me molestaban los ataques, pero luego comencé a sentirme mal la mayor parte del tiempo. De alguna manera, no me sentía real, y no podía concentrarme en nada. Me sentía tan mal que era difícil imaginarme que nadie a mí alrededor notaría, algo diferente." Marie, 25 años de edad
¿Qué le pasó a Bill y a Marie?
A Bill le practicaron varias pruebas y encontraron que su corazón era normal. Cuando él supo que sus síntomas eran provocados por ansiedad (no por problemas cardiacos), acudió a un psicoterapeuta que se había especializado en ayudar a las personas con este tipo de problemas de ansiedad. Pudo haber tomado medicamentos, pero decidió probar con algunos ejercicios de relajación diseñados específicamente para ese fin. Él practica los ejercicios diariamente, aun cuando se siente bien, y cuando su corazón comienza a acelerarse, los ejercicios le ayudan a controlar los síntomas rápidamente.
Marie estaba a punto de consultar a un médico por causa de sus síntomas cuando se topó con un libro sobre ansiedad. Este libro le ayudó tanto, principalmente al asegurarle que no estaba loca, que volvió a sentirse normal rápidamente. Al mismo tiempo, los problemas a los que se enfrentaba se resolvieron de modo gradual. Los ataques de pánico se volvieron menos frecuentes y finalmente desaparecieron. Desde entonces, ha tenido algunos trastornos terribles, pero no ataques de pánico ni ansiedad anormal durante más de diez años. Cuando cree que el pánico podría presentarse, regresa a sus libros. También está consciente de que puede obtener ayuda y, en caso necesario, medicamentos si el problema vuelve a aparecer.
Estos libros fueron escritos para personas con trastornos de ansiedad
Babior S, Goldman C. Overcoming Panic Attacks: Strategies to Free Yourself from the Anxiety Trap. Minneapolis: CompCare Piblishers, 1990.
Barlow DH, Craske MG. Mastery of Your Anxiety and Panic, Albany, N.Y.: Graywind Publications, 1994.
Gold MS The Good News About Panic, Anxiety, And Phobias, Nueva York: Bantam Books, 1989.
Greist JH, Jefferson JW, Marks IM. Anxiety and Its Treatment. Nueva York: Warner Books, 1986.
Leaman TL: Healing the Anxiety Diseases. Nueva York: Plenum Press, 1992.
Sheehan DV. The Anxiety Disease. Nueva York: Bantam Books, 1986.
Weekes C. Hope and Help for Your Nerves. Nueva York: Hawthorne Books, Inc., 1969.
Wilson RR. Don´t Panic: Taking Control of Anxiety Attacks. Nueva York: Perennial Library (división de Harper and Row), 1986.
Babior S, Goldman C. Overcoming Panic Attacks: Strategies to Free Yourself from the Anxiety Trap. Minneapolis: CompCare Piblishers, 1990.
Barlow DH, Craske MG. Mastery of Your Anxiety and Panic, Albany, N.Y.: Graywind Publications, 1994.
Gold MS The Good News About Panic, Anxiety, And Phobias, Nueva York: Bantam Books, 1989.
Greist JH, Jefferson JW, Marks IM. Anxiety and Its Treatment. Nueva York: Warner Books, 1986.
Leaman TL: Healing the Anxiety Diseases. Nueva York: Plenum Press, 1992.
Sheehan DV. The Anxiety Disease. Nueva York: Bantam Books, 1986.
Weekes C. Hope and Help for Your Nerves. Nueva York: Hawthorne Books, Inc., 1969.
Wilson RR. Don´t Panic: Taking Control of Anxiety Attacks. Nueva York: Perennial Library (división de Harper and Row), 1986.
Si necesita más información sobre bibliografia o terapia especializada a la que acudir escriba al siguiente correo electrónico
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