“Las vacaciones se han terminado, pero mi mente todavía está de viaje”:
Una persona puede sufrir de estrés vacacional al regresar de nuevo al hogar o a la rutina normal después de unas largas vacaciones, especialmente si han sido realmente agradables. Cuanto más dura el viaje más intenso puede ser el estrés debido a la duración del mismo y a la acumulación de experiencias vividas. Ello puede repercutir en cansancio, pérdida de apetito, fuertes sentimientos de nostalgia y, en el peor de los casos, depresión. El “jet lag” puede intensificar estos trastornos.
“Los primeros dos días fueron un torbellino de vaciar maletas, lavar ropa y sentimientos de frustración pensando en el siguiente viaje”:
El estrés post-vacacional puede ocurrir cuando se regresa al hogar porque una parte del cerebro está todavía de vacaciones. Suele suceder si las vacaciones han sido gratificantes y felices dejando una sensación de acuerdo con las perspectivas esperadas.
''Volver al mundo real después de las vacaciones es como una experiencia extra corporal'', dijo la semana pasada Linda Bern, a su vuelta al trabajo en una compañía aseguradora. ''Fui con mi marido a las Bermudas durante una semana'' dijo, allí una de las cosas más estresantes era decidir dónde ir a comer. Esta mañana, de regreso al ritmo de New York, lo que me ha producido verdadera ansiedad ha sido el cambiar de panorama y enfrentarme con una carpeta llena de correo y mensajes telefónicos”.
''Hay un peligro en simplificar el fenómeno conocido como el estrés post-vacacional”, dice el Dr. Alan Stoudemire, profesor asociado de psiquiatría de la Universidad de Emory. ''La idea general es que las personas se acomodan al estrés del día a día de sus vidas y las vacaciones les ofrecen un respiro temporal. El riesgo de tomar un respiro es que la persona tiene que volver a experimentar el estrés y quizá no se había percatado antes de que su vida era tan penosa y estresante”.
La vuelta a casa, por lo general de golpe, invita a las comparaciones con lugares y estados mentales dejados atrás:
Si el contraste no es demasiado fuerte, los efectos de las vacaciones pueden dar una visión más leve del choque de la reentrada. Pero las personas que vuelven de su estancia en una cabaña en las montañas al caos de un apartamento, obligaciones sociales y un trabajo estresante sí pueden empezar a hacerse preguntas y a cuestionarse también lo negativo de su situación actual.
Algunas personas pueden parecer inmunes:
Controladores aéreos de aeropuertos con mucho tráfico pueden incluso considerar sus vacaciones como un periodo estresante. Un veterano controlador con 20 años de servicio dice “Es agradable desconectar durante un corto periodo de tiempo, pero admitir que lo que a mí me va es la presión''. La opinión de un abogado va también en este sentido. Nos dice que no hace vacaciones. Para él es una solución.
Pero lo más común es que los trabajos exigentes sean un terreno abonado para el estrés post-vacacional:
Un médico residente de segundo año en un servicio de urgencias dice que tardó tres días en conseguir alcanzar seguridad en sus decisiones después de pasar el mes de agosto en Francia. Otro doctor empezó su jornada laboral en un Hospital y pasó todo el día “lamentándose de haber perdido su sentido de la realidad”. Por supuesto, no era cierto.
Las vacaciones largas –estudiantes y profesores—favorecen el aumento de la ansiedad. “En verano, te olvidas de que eres profesor y te acostumbras a la libertad”, dice un profesor que ahora mientras no dedica su tiempo a escribir, enseña escritura creativa. ''Luego, el 2 de septiembre tuve que reorientarme por completo y empezar a pensar como un estudiante de 16 años, aunque la anticipación es todavía peor que la realidad; si no lo fuese podría seguir enseñando”.
La forma en que se sienten los estudiantes al volver a la escuela podría indicar un patrón sobre el estrés post-vacacional, dice Howard J. Kogan, psicoterapeuta con consulta en Manhattan:
"¿Regresas a la escuela sintiéndote seguro y con una sonrisa en los labios o lo haces con el ceño fruncido con ganas de llorar y darle patadas a cualquier lata de refresco que encuentres por la calle?”
Los patrones sobre la respuesta a las responsabilidades se suelen fijar en edades tempranas y, a menudo, persisten en la edad adulta.
Sin embargo, las reincorporaciones penosas pueden canalizarse en un número enorme de cambios personales positivos, comentan los expertos. Ello podría explicar porqué el otoño es una estación tan activa. Para luchar contra la sensación negativa, las personas suelen distraerse llenando sus agendas con actividades a realizar de tipo cultural o deportiva. Otros prefieren mejorar sus vidas con cursillos, consultas al terapeuta o incluso vendiendo sus casas o cambiando de trabajo o carrera.
“Incluso los cirujanos plásticos experimentan un aumento de trabajo después del verano, dice el Dr. Mitch Kaplan, de New York. ''Muchísimas personas vienen a mi consulta y me dicen haber regresado de sus vacaciones pensando en la necesidad de retocar su nariz”.
Las personas que se dedican a la selección de personal para diversas empresas multiplican por dos sus solicitudes tanto después de las vacaciones estivales como de Navidad:
"Las personas piensan que las vacaciones solucionarán sus problemas laborales y de familia, pero al volver al hogar se dan cuenta que las cosas suelen seguir igual y ello les motiva a entrar en acción, dice la Sra. Bern, gerente de una de esas empresas”.
''Otoño es una de las estaciones con más trabajo y lo atribuyo al regreso de las vacaciones” dice Letitia A. Chamberlain, directora del centro. ''Es cuando las personas entran en contacto con la realidad que les impulsa a un nuevo comienzo”.
Es también un momento de sentirse “colgado”. “Me llama justo en mi primer día de trabajo”, dice la Sra. Chamberlain, en un tono que no necesita más explicaciones. Pero ella nos proporciona una:
“Amo mi trabajo y también amo mis vacaciones en la costa. Pero experimenté sobre cómo realizar esta transición penosa”. Lo que hice fue regresar antes a casa para efectuar la transición del periodo vacacional a casa, antes de hacerlo de las vacaciones al trabajo”.
Algunos vuelven a casa, superan el estrés y lo controlan llamando a la agencia de viajes:
"No hay problema, tenemos una gran cantidad de personas que poco después de regresar de sus vacaciones, nos visitan y hacen planes para el siguiente”, dice el presidente de una Agencia de Viajes de New York.
Por: Michael Decourcy Hinds
The New York Times